La primera mesa de debate del encuentro de la Confemel que se celebra estos 6 y 7 de octubre en la Organización Médica Colegial (OMC) con motivo de la celebración de la Asamblea General se ha centrado en ‘La Formación Médica Continuada, revalidación y acreditación en el ámbito CONFEMEL’.
Esta mesa, moderada por el Dr. José Ramón Huerta, responsable de asuntos internacionales de la OMC, ha contado con las intervenciones del Dr. Rubén H. Tucci, presidente de Consejo Superior de los Colegios Médicos de la Provincia de Buenos Aires (Argentina); el Dr. Jean Carlo Cavalcante, vicepresidente tercero del Conselho Federal de Medicina (Brasil); Dr. Joao Grenho, secretario general de la Unión Europea de Médicos Especialistas (UEMS); el Dr. Carlos Cortes, bastonario de la Ordem dos Médicos de Portugal; y la Dra. Silvia Jakimczuk, secretaria general de la Asociación de Médicos Municipales de la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Los participantes de esta mesa han abordado principalmente dos cuestiones esenciales: la formación médica continuada y la recertificación de los profesionales, acerca de la que han presentado diferentes modelos para motivar a los profesionales a mantener sus conocimientos y habilidades profesionales actualizados.
Primeros pasos en el ejercicio de la profesión
El Dr. Jean Carlo Cavalcante, ha centrado su ponencia en el examen de ‘Competencia Médica’, el mayor reto de la organización que representa. En la actualidad, Brasil tiene 436 Facultades de Medicina, una cifra que ha crecido exponencialmente en los últimos años. Este es un hecho muy preocupante, ha explicado, “pues el 78% de los municipios que tienen Facultades de Medicina no dispone de las infraestructuras necesarias, y el 92% no cumplen los criterios mínimos del Ministerio de Educación”.
La consecuencia directa es que se pone en riesgo la salud de la población brasileña, ha afirmado Cavalcante. Por ello, se ha presentado un proyecto de Ley que propone el examen de ‘Competencia Médica’, que evalúa los conocimientos, habilidades y aptitudes como condición para habilitar a los profesionales para ejercer la profesión.
La formación continuada, una responsabilidad ética
Por su parte, el Dr. Carlos Cortes, ha centrado su ponencia en la formación médica continuada en el país al que representa. “La única razón por la que estamos aquí todos son los pacientes”, ha afirmado el bastonario. Así, “la medicina es un camino que se recorre en comunidad; cada generación avanza sobre las huellas de la anterior. En nuestra profesión, actualizarse no es un lujo, es un deber ético fundamental que nos compromete con la excelencia y con cada paciente que confía en nosotros”, ha señado Cortes.
“La actualización es una vacuna contra la ignorancia, debemos conocer los últimos conocimientos médicos”, ha añadido. Para el Dr. Cortes, no se trata únicamente de cumplir un requisito burocrático, “sino de abrazar la ética del aprendizaje continuo como parte integral de nuestra identidad profesional”, ha enfatizado. Los nuevos conocimientos y habilidades adquiridos representan oportunidades de mejorar el cuidado a los pacientes y de honrar la confianza que estos depositan en los profesionales médicos, ha finalizado.
El papel de la Confemel
El Dr. Rubén H. Tucci, ha destacado en su turno que la Medicina evoluciona de forma constante y permanente, y “las nuevas tecnologías, tratamientos y evidencias obligan al profesional de la salud a mantenerse actualizado”, ha explicado. “No es una opción, es una responsabilidad ética y legal, es una obligación para todos nosotros, pero a su vez es un derecho que tiene el profesional”, ha afirmado el doctor.
Así, el doctor ha hecho hincapié en que, aunque Confemel no valida ni certifica títulos directamente, es clave por su contribución a que los procesos de validación, certificación y formación continuada “estén presididos de valores compartidos como el respeto por la salud pública, la defensa de la profesión médica y el compromiso con la calidad en el cuidado del paciente”. En definitiva, “nuestra tarea impacta en la salud de los pueblos y en la dignidad del ejercicio profesional”, ha finalizado.

Recertificación voluntaria como garantía de la actualización de conocimientos y habilidades
La Dra. Silvia Jakimczuk, ha señalado que en su región se firmó, en el año 2010, un convenio colectivo sobre la capacitación médica continua según el que cualquier médico especialista que se desempeña su labor en un hospital público de la región, de su carga horaria de 30 horas, 24 las que debe cumplir en consultorio, sala en el servicio, de internación, quirófano, etcétera; y 6 horas son para capacitación en servicio, ha explicado. “Ese es un logro que tenemos para la formación, independientemente de otras actividades que pueda hacer el médico como congresos, asistencias a talleres …”, ha enfatizado la doctora.
Además, también han firmado un convenio con la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires que permite a los profesionales médicos que trabajan en los hospitales municipales acceder -sin coste- a la recertificación de la especialidad que se lleva a cabo cada cinco años y en la que deben cumplir una serie de requisitos y completar una serie de formularios en carácter de declaración jurada acerca de la capacitación que ha ido haciendo ese profesional a lo largo de los cinco años. Asimismo, la doctora ha explicado que “se trata de un trámite relativamente sencillo y cuyo cumplimiento se reconoce con aproximadamente el 20% del salario”. Es decir, la recertificación no es obligatoria e implica un beneficio económico para los profesionales, ha concluido.
La UEMS, a favor de un modelo de calidad en pro de la seguridad del paciente
A continuación, el Dr. Joao Grenho, ha expuesto que la UEMS no defiende la recertificación médica porque no existe ninguna evidencia científica de que este tipo de procesos mejore la práctica médica clínica, reduzca el error médico o aumente la seguridad de los pacientes por diversas razones. Esto se debe a cuatro cuestiones esenciales: “primero, porque añade un nivel excesivo de burocracia que consume un nivel de tiempo y energía que los médicos debemos dedicar a los pacientes y a la formación; segundo, porque es un modelo uniforme e inflexible que pretende tratar a todas las especialidades y contextos de la misma forma; tercero, porque impone costes elevados y crea desigualdades una carga que pesa sobre todos los médicos jóvenes en zonas rurales o en situaciones precarias; y cuarto, porque introduce un enfoque punitivo que el médico no percibe como un estímulo para mejorar sino como una amenaza si no cumple los requisitos burocráticos”, ha explicado.
La UEMS cuenta con los European Training Requirements (ETRs), que establecen los estándares europeos consensuados para cada especialidad garantizando calidad y homogeneidad en la formación; y el European Accreditation Council for Continuing Medical Education (EACCME). Para Grenho, estos instrumentos creados por médicos y para médicos, representan un modelo completamente distinto: “no sancionan, pero motivan; no castigo, pero reconocen; no burocratizan, inspiran; y lo más importante, contribuyen de manera real a mejorar la práctica profesional y en última instancia, la seguridad de nuestros pacientes”. Es decir, la UEMS defiende “un modelo europeo de calidad construido por médicos y para médicos que se apoya en los ETR y el EACCME, este es el camino que fortalece nuestra profesión y que realmente beneficia a la sociedad y a nuestros pacientes”, ha concluido Grenho.