La IV Escuela de la Profesión Médica ha acogido el plenario titulado “De la vocación a la especialización: desafíos del itinerario formativo médico en España”, coordinado por María Rosa Arroyo, vicepresidenta segunda de la Organización Médica Colegial y moderado por Juan Pablo Carrasco, vocal del Colegio de Médicos de Valencia, contó con las intervenciones de Elvira Bisbe i Vives, presidenta del Colegio de Médicos de Barcelona; Álvaro Cerame, presidente de la European Junior Doctors (EJD); y Eva García Camacho, secretaria general del Colegio de Médicos de Toledo.
Esta sesión abordó tanto el continuum formativo de los médicos como la necesidad de especialistas en el Sistema Nacional de Salud, así como la relación y las repercusiones entre ambas.
Propuestas para paliar la falta de especialistas
La presidenta del Colegio de Médicos de Barcelona, Elvira Bisbe, inició la ronda de intervenciones poniendo sobre la mesa “la falta de especialistas”, centrando el debate en que “no se ha planificado” una política de recursos humanos que dé respuesta a ello. Así, aseguró que “las Comunidades Autónomas (CC. AA.), que tenemos las competencias de Sanidad transferidas, no tenemos capacidad de auto organizarnos”.
Indicó que “crece la población y las situaciones de salud se hacen más complejas, pero no aumentan las plazas MIR” de manera correlacionada.
Además, enfatizó que “tenemos por delante una etapa de años en los que se esperan muchas jubilaciones y se acumula un déficit de especialistas”, a lo que añadió que “la solución a corto plazo se convierte en importar médicos, sin entrar a valorar el desabastecimiento de los países de origen”.
Entre las propuestas que planteó para revertir esta situación, declaró que “hay que permitir a las CCAA que tengan planes y ajustar la oferta formativa, dotándolas de herramientas”. También propuso “el acceso equitativo al título de Medicina” y “homologaciones más rápidas”, así como “la retención del talento” y “la desburocratización de la práctica clínica”.
Problema de demanda poblacional
Por su parte, el representante de los médicos jóvenes europeos, Álvaro Cerame, trasladó su opinión en torno a dos ideas que giran en torno al reto demográfico: una concepción poblacional y un correlato médico.
En palabras de Cerame, “existen estudios que determinan que mientras se dobla el porcentaje de mayores de 65 años, no aumenta el número de profesionales sanitarios”.
Cerame manifestó que “podemos tener más médicos que nunca pero no estamos hablando de un problema de oferta, sino de demanda poblacional”. Así, lanzó la pregunta “¿faltan médicos?” y una pregunta vestida de respuesta “¿Para qué necesidades?”.
El ponente expuso que “como profesión, tenemos que empezar a hablar de ello y debatir qué demandas no vamos a poder cubrir”.
Reforzando su postura, Cerame señaló que “datos recientes indican que las condiciones y estructuras de trabajo no han cambiado”, señalando que no contemplan del todo cuestiones como la feminización, la conciliación o las nuevas necesidades de los médicos jóvenes, a lo que planteó una necesidad de “formación que aborde esta complejidad”.
Seleccionar por competencias no cognitivas en el acceso al título de Medicina
Por su parte, la secretaria general del Colegio de Médicos de Toledo, Eva García Camacho, abordó el acceso al título de Medicina, al que describió como “un tema controvertido”.
García Camacho argumentó que “para acceder a la titulación, seleccionamos a estudiantes muy brillantes, pero eso no te hace ser un buen médico, sino que se necesitan otro tipo de atribuciones para serlo”.
“Entendemos la vocación como querer dedicarnos a la Medicina, pero los alumnos se escogen por competencias. Se les forma en competencias y no se les exige nada más”, dijo García Camacho, quien añadió que “hay países donde se miden las competencias no cognitivas: personalidad, empatía, capacidad relacional… es decir, los valores humanísticos del médico”, con buen resultado, y reforzó la idea de “evaluar estas cualidades hacia la expectativa de ser médico”.
Además, declaró que en los planes de estudio sólo existe una asignatura de competencias éticas y, del mismo modo, también hizo alusión a la necesidad de hacer una mayor inversión en la figura del tutor.
Según García Camacho y como propuesta, concluyó que “universidad, Ministerio, colegios de médicos y sociedades científicas, que proveen de formación, tiene que ponerse de acuerdo para poder ofrecer una mejor formación”.