El Centro Documental de la Fundación para la Formación de la OMC recoge la investigación de un equipo español liderado por Ruth Alonso y Luis Carrasco, del Centro de Biología Molecular «Severo Ochoa» y del Departamento de Neuropatología y banco de tejidos, Fundación CIEN, Instituto de Salud Carlos III de Madrid, respectivamente, que podría haber dado con la clave etiopatogénica de la esclerosis lateral amiotrófica (ELA).
Madrid, 6 de mayo de 2015 (medicosypacientes.com)
Para el Dr. Juan Martínez Hernández, director de la Fundación para la Formación de la OMC (www.ffomc.org), «el hallazgo es sorprendente, es un verdadero terremoto científico, quizá estemos en el umbral de un cambio de paradigma».
La ELA es una enfermedad neurodegenerativa letal, de evolución lentamente progresiva, aunque con una heterogénea presentación clínica. Hasta ahora la etiología de la ELA era desconocida, y aunque se habían hecho muchos progresos en la genética de la enfermedad, se trata de una enfermedad esencialmente de aparición esporádica, sin seguir ningún patrón de herencia. Los autores han hallado la presencia de diversas especies de hongos en el líquido cefalorraquídeo y en el tejido nervioso de 8 pacientes de ELA, confirmándose el hallazgo por técnicas inmunológicas, presencia de péptidos y de ADN fúngico, además de estructuras intracelulares que contienen el hongo llamadas endomicosomas, hallazgos que no se producen en los controles.
En la opinión de Juan Martínez «el hallazgo parece claramente etiológico y no meramente accidental, aunque se trate de una muestra pequeña. Se trata de un hallazgo brillante, puede ser que en breve se realicen ensayos clínicos con antifúngicos para tratar a los pacientes con ELA, como dicen los propios autores, pero a mí me intriga mucho más como han llegado ahí los hongos, porque en ello está la clave de la prevención. Podría ser que entrasen por la piel, accediendo a los nervios motores tras heridas traumáticas o por el bulbo olfatorio, desde fracturas nasales o sinusitis. Son necesarios estudios epidemiológicos de casos y controles para verificar estas hipótesis subyugantes. Esto explicaría por qué se producen los casos de ELA más en varones, jóvenes y deportistas, proclives a accidentes. E incluso abriría una puerta potencial a la prevención.
Hay que hacer más estudios experimentales y ver si se cumplen los postulados de Koch, es decir si ese tejido nervioso repleto de hongos, inoculado en un modelo experimental, reproduce la enfermedad. Se abre una nueva era en la investigación de la ELA» – indica el Dr. Juan Martínez.
Puedes consultar el artículo íntegro en el Centro Documental de la FFOMC
