El presidente de la OMC, el doctor Juan José Rodríguez Sendín, propone frente a la privatización de la Sanidad otras fórmulas intermedias como las microcoperativas en las que los sanitarios tengan también responsabilidad en la gestión económica, según explica en una entrevista concedida a «La Gaceta», donde se muestra contundente al afirmar que «no podemos aceptar la entrega de la Sanidad al interés privado»
Madrid, 27 de noviembre 2012 (medicosypacientes.com)
Entrevista Presidente de la OMC, el doctor Juan José Rodríguez Sendín en «La Gaceta»(*) Fotografía: Jesús Maqueda
«No podemos aceptar la entrega de la Sanidad al interés privado»
-La OMC ha propuesto la convocatoria de una manifestación. ¿Por qué?
-No convocamos ninguna manifestación, la proponemos a las organizaciones profesionales sanitarias. Ha llegado un momento en el que es necesario mostrar de una forma contundente, sin hacer daño a los pacientes, que el sector sanitario no está de acuerdo con cómo van las cosas. Y no somos los primeros, después de la marea blanca.
-?Comparte las protestas ante privatizaciones?
-La colaboración público-privada ha permitido el funcionamiento de nuestro sistema, pero otra cosa bien distinta es privatizar, entendiendo por tal entregar toda la gestión y responsabilidad económica de un área de salud o un hospital al interés privado.
-Con eso no están conformes.
-No estamos en ningún caso conformes con el interés privado no supervisado por el interés público. Es un rechazo absoluto y unánime. No tocaría algo que funciona bien y genera confianza. La sanidad es una seña de identidad de España, lo que ahora mismo da mayor cohesión social. Si al paro, la vivienda y la falta de futuro les añadimos que la gente empieza a dudar de si sus enfermedades van a ser tratadas, estamos complicando la situación.
-¿Cree que la reforma de la Sanidad que se está planteando sólo obedece a criterios económicos y/o políticos?
-Creo que toda decisión política parte de la buena voluntad, lo que no quiere decir que se hagan las cosas bien. Me ha extrañado que se hayan tomado decisiones en Madrid sin tomar el pulso a una parte importante de los agentes que las condicionan. Se pueden buscar otras formas de gestión de la Atención Primaria.
-¿Cuáles?
-En Cataluña hay entidades de base asociativa: se asocian varios profesionales que se hacen cargo de la gestión económica y de personal de un centro, que atiende a una población determinada en las mismas condiciones que conocemos. Hay otras situaciones intermedias en las que gestionan parte de la responsabilidad económica, de personal o los consumibles. El profesional se tiene que preocupar de hacer las cosas con los mismos resultados y entender también de los costes. Esto es transferir la responsabilidad de la gestión económica a los mismos que hacen la práctica clínica. Serían microcooperativas. Lo planteamos hace tiempo.
-Sostienen que los médicos no son los culpables del deterioro de la sanidad y denuncian el «inadecuado trato» de algunas Administraciones. ¿Se sienten ninguneados?
-Los médicos y los enfermeros somos en parte responsables de tener el sistema que tenemos, de los resultados y de mantenerlo con unas retribuciones de las más bajas de Europa. No entendemos cómo a la hora de introducir cambios no sólo no se nos consulta, sino que en algunos casos haya extraordinariamente malas formas.
-¿Cómo valora los primeros meses del copago?
-No lo podemos admitir. Tenemos formateada la cabeza con unos principios profesionales. Los médicos no estamos preparados para cobrar a la gente por quejarse. Por lo que cuentan, en Portugal el copago está limitando que individuos con dificultades económicas acudan a los servicios sanitarios. Como consecuencia, los procesos empeoran, van más tarde a urgencias y más graves, y hay gente que puede acabar con la muerte por no tener la asistencia debida, porque se quedan en casa al no tener los euros que se les piden para ser atendidos. El decreto no se consultó y se hizo precipitadamente. A veces los gestores olvidan que este país es de todos. Por eso asombra que no haya un pacto sociosanitario, como para las pensiones y el terrorismo.
-Ese pacto que no llega…
-Llegará un día, porque el tema es muy grave, como con la vivienda. Si yo fuera presidente del Gobierno me preocuparía de que los españoles comieran todos los días -lo que cada vez debemos más a Cáritas y a otras organizaciones-, que tuvieran vivienda y sanidad. Si de las tres cosas tengo una resuelta, no la tocaría y me preocuparía de las otras dos, por encima de todo, incluso de la señora Merkel. No tener para comer ni un techo es terrible, pero que no puedan atender a tu niño enfermo es peor. Hay quien que lo está pasando muy mal porque no tiene para llegar a fin de mes. No puede venir a gente a las consultas llorando porque no tiene 200 euros para una ecografía que espera desde hace nueve meses.
-¿Cuál es su postura sobre la reforma de la Ley del Aborto?
-Hasta que Justicia no haga una propuesta concreta no vamos a dar una respuesta. Defendemos la vida, tanto al principio como al final, pero respetamos las leyes. No puedo ir más allá de pedir que la ley se ajuste lo más posible a la realidad y se haga cumplir, para que no pase como con la anterior, cuando el supuesto del riesgo psicológico para la madre suponía más del 90% de los abortos.
