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Padre Ángel: Ante la crisis de los refugiados, los Gobiernos «esconden la cabeza bajo el ala» con comisiones y cumbres pero «no hacen nada»

El Padre Ángel, fundador y presidente de la ONG Mensajeros de la Paz, cuestiona que ante la crisis de los refugiados, los Gobiernos "esconden la cabeza bajo el ala" con comisiones y cumbres, pero "no hacen nada", mientras las fronteras europeas están "atestadas de personas muertas de frío" que huyen de las guerras

El Padre Angel, fundador y presidente de la ONG Mensajeros de la Paz, cuestiona que ante la crisis de los refugiados, los Gobiernos «esconden la cabeza bajo el ala» con comisiones y cumbres, pero «no hacen nada», mientras las fronteras europeas están «atestadas de personas muertas de frío» que huyen de las guerras.

 
Así se expresó el Padre Angel en su intervención en el I Congreso de Cooperación Internacional de la Organización Médica Colegial del pasado fin de semana, organizado por la Fundación de los Colegios Médicos para la Cooperación Internacional (FCOMCI) y el Colegio de Médicos de Granada, en el que compartió mesa para hablar de «La crisis del Mediterráneo desde la perspectiva humanitaria. La realidad de los refugiados».
 
Junto al Padre Angel, abordaron la crisis del Mediterráneo desde la perspectiva humanitaria Verónica Barroso, responsable de Relaciones Institucionales y portavoz para temas de la Crisis de Refugiados de Amnistía Internacional, y Cristina Cortázar, profesora de la Universidad Pontificia de Comillas y experta en derecho internacional, asilo y migraciones. Esta mesa estuvo moderada por el Dr. Juan Manuel Garrote, secretario general de la Organización Médica Colegial (OMC).
 
El Dr. Garrote introdujo la mesa poniendo de manifiesto que «aunque parezca un contrasentido hablar de humanismo en esta crisis humanitaria» hay que hacerlo ante la «poca planificación logística» por parte de los países europeos para afrontar este problema, frente a la «buena voluntad de las personas para intentar paliarlo».
 
Para el secretario general de la OMC, «la realidad de los refugiados pasa por como los distintos países de acogida actúan ante esa situación» y, tras poner de manifiesto que no se entiende porque los países europeos se retrasan tanto en reubicar a los refugiados que les han correspondido, calificó de «ridícula» la cifra de los 12 que han llegado a España y de «patética, si se tiene en cuenta el despliegue mediático que se ha realizado para recibirlos».
 
Verónica Barroso, de Amnistía Internacional, hizo una contextualización con datos y cifras de la crisis a nivel global, con más de 60 millones de personas desplazadas a la fuerza en todo el mundo, debido a conflictos, violencia y persecución; más de 19 millones de refugiados acogidos el 85% en países en vías de desarrollo y 1,15 millones de refugiados necesitados de reasentamiento, de los que solo una décima parte siendo reasentada, lo que supone que «estamos ante la mayor crisis de refugiados de toda la historia desde la II Guerra Mundial».
 
En lo referente los refugiados que han llegado a las fronteras europeas en lo que va de año, contó que superan ya las 800.000 personas, la mayoría procedentes de Siria, Irak y Afganistán, destacando las 647.580 personas que han llegado a Grecia por mar, procedentes de los 10 países que generan más refugiados y añadió que, en lo que llevamos de año, casi 3.500 personas han muerto en el Mediterráneo y 512 han perdido la vida en el mar Egeo.
 
La representante de Amnistía Internacional expuso que la realidad es que la UE, después de varias reuniones, ha decidido aprobar la reubicación de 160.000 personas, y cuestionó la «lentitud» del proceso y señaló como ejemplo el de España donde de los 15.000 que le han correspondido, sólo han llegado 12 (11 eritreos y 1 sirio). Criticó la respuesta de la UE que, en lugar de una adecuada acogida de las personas refugiadas y salvar vidas, ha priorizado sus fronteras, con la construcción de más 235 Km de vallas que han supuesto un coste de 175 millones de euros.
 
En este sentido, dijo que en la frontera con Bulgaria y Turquía se ha construido una valla de 30 Km. y se ampliará 130 Km más; que en los enclaves españoles de Ceuta y Melilla hay 18,7 Km de vallas y 10,5 Km. en la frontera entre Grecia y Turquía.
 
Cuestionó también las «devoluciones en caliente», que en España alcanzaron a 324 personas a Marruecos en 2014,   con lo que supone «falta de salvaguarda de derechos humanos»; la falta de condiciones adecuadas y hacinamiento en los Centros de Estancia Temporal para Inmigrantes en Ceuta y Melilla y dijo que solo en el centro de Ceuta, con capacidad para 480 personas, había en agosto 1.264, de ellas, 288 menores.
 
Ante esta situación, Verónica Barroso, pidió, entre otras medidas, que se abran rutas legales y seguras; que establezcan medidas urgentes para garantizar a los refugiados el acceso al territorio y a los procedimientos de asilo eficientes y que se ponga fin a las devoluciones en caliente y afirmó que «esta crisis hay que abordarla conjunta y coordinadamente entre todos los países porque nos afectan a todos».
 
Por su parte, Cristina Cortázar, experta en derecho internacional, asilo y migraciones, tras reiterar los datos de refugiados en el mundo, explicó quiénes son refugiados según la ONU: «toda persona con temores fundados de persecución por su raza, religión, nacional y pertenencia al grupo social u opinión pública que logra salir del país de persecución, solicita protección y no incurre en causas de exclusión». Expuso que para la UE, las personas con Estatuto de Protección Subsidiaria son aquellas en riesgo real de sufrir pena de muerte, tortura, tratos inhumanos o degradantes y amenazas graves contra la vida o integridad de civiles, motivadas por la violencia indiscriminada  de un conflicto internacional o interno. Estas personas, «si logran salir del país de persecución, solicitan protección y no incurren en causas de exclusión», según Cristina Cortazar.
 
Se refirió al Sistema Europeo Común de Asilo (SECA), conjunto de normas elaboradas por la UE en 2000, que recoge los criterios para establecer el reparto de las solicitudes de Protección Internacional entre los Estados miembros; las condiciones de acogida que otorga a todo solicitantes derecho de habitación, manutención, asistencia médica, escolarización de menores y, pasados nueve meses, acceso al mercado de trabajo y establece el derecho de no-devolución. También incluye la directiva de procedimiento para cumplir con las garantías en todos los Estados miembros y la directiva de Protección Temporal que permite los reconocimientos grupales y un estatuto de protección provisional en tanto en cuanto se estudian los casos individualmente que «nunca se ha activado», según afirmó.
 
Explicó que la UE ha iniciado 40 procedimientos de infracción contra los Estados miembros por no aplicar correctamente el SECA y dijo que lo que está haciendo es un despliegue de equipos de apoyo y gestión de la migración en zonas críticas; aumentar la financiación de emergencia para los Estados miembros más afectados y aplicar las cuotas de reubicación de 160.000 personas en dos años.
 
Contó que, de ellos, solo se han reubicado, con datos a 25 de noviembre, a 159 personas en Finlandia, Suecia, Francia, España y Luxemburgo. Y se han producido entre septiembre, octubre y hasta el 25 de noviembre, 762 retornos, de ellos, 153 desde Italia y 609 retornos conjuntos de la Agencia Europea para la Gestión de la Cooperación Operativa en las Fronteras Exteriores de los Estados miembros de la Unión (Frontex). Ante esta «velocidad» de reubicación, Cristina Cortázar finalizó su intervención afirmando que siente «vergüenza de ser europea».
 
Cerró la mesa el Padre Angel quien por momentos perdió su habitual sonrisa al hablar de la situación por la que atraviesan los cientos de miles de refugiados y expresó su «profundo dolor» al hablar de las miles de personas que perecen en el Mediterráneo, que se ha convertido en «sepultura de muchas vidas inocentes, hombre, mujeres y niños que huyen del hambre y de la guerra para buscar un futuro para ellos y sus hijos».
 
Tras preguntarse «qué será de nuestra sociedad y de nuestras conciencias si seguimos impasibles antes esta tragedia», cuestionó que los Gobiernos, «verdaderos responsables y los únicos que pueden solucionar el problema, hablan, discuten, pero no hacen nada» y «se reparten cuotas como si fueran patatas o camiones».
 
Para él, los Gobiernos europeos «esconden la cabeza bajo el ala que es lo mismo que crear comisiones y organizar cumbres», mientras Europa lleva meses con las fronteras «atestadas y asaltadas» y solo les han echado la manguera o les han tirado la comida como si fueran perros».
 
El Padre Angel aseguró que son «gente que huye de la muerte; son refugiados de guerra, con todos los derechos de asilo reconocidos por todos los tratados internacionales» y dijo que «si han llegado aquí es causa de una guerra que ni la Unión Europea ni la ONU ha sabido evitar».
 
Aludió a los refugiados llegados a España y dijo que «¡cómo no se les cae la cara de vergüenza!» a aquellos que estaban en la sala de autoridades para recibir con todo despliegue a 12 refugiados.
 
Contrariamente al comportamiento de los Gobiernos, el Padre Angel resaltó la solidaridad social que ha habido en Europa, lo que «me conmueve y me enorgullece» y, en este sentido, aludió al atentado de Paris y los «gestos de solidaridad con la población francesa llegados desde todas partes del mundo». «Tras estos hechos luctuosos ?añadió-, hemos comprobado que desde el Papa Francisco hasta Obama, el mundo entero sintió como un latigazo lo ocurrido en París» y afirmó que «la globalización de la solidaridad ya ha llegado y cualquier cosa que pase en el mundo nos preocupa a todos».
 
Contó que Mensajeros de la Paz ha recibido cientos de ofrecimientos de gente y de empresas para ayudar a los refugiados y explicó que la ONG atiende, en la frontera de Serbia, Macedona y Hungría, a más de 4.000 personas al día con alimentos y ayuda humanitaria.
 
Insistió en que los refugiados vienen porque «han matado a su familia o escaparon para que no los matara nadie» y afirmó que «no vale la venganza». «La respuesta -dijo- no son las armas ni la violencia» y aunque «es necesario pedir y exigir justicia, la herramienta es el diálogo».
 
Para el Padre Angel, el respeto es la clave de esta guerra que «no se gana en las calles o en los campos de batalla o con los portaaviones más grandes». Esta guerra se gana -dijo- en la escuela, con la educación para erradicar esa violencia y conseguir que la sociedad actual camine hacia adelante».
 
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