La presidenta del Congreso de los Diputados, Meritxell Batet, defendió que los médicos son "una piedra angular" del Sistema Nacional de Salud. "Son una fuente de orgullo y una de las grandes joyas de España", agregó durante el acto conmemorativo del Centenario del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM), celebrado en el Congreso
Explicó que «los médicos han tenido un papel político más allá del sanitario. Ambas actividades exigen la práctica de la prudencia. Son profesiones de compromiso con el otro. También implican ejercer un poder orientado al servicio público sobre los demás. El poder implica responsabilidad. En nuestras profesiones, el respeto es fundamental. Sin respeto, el poder no se asume correctamente».
Subrayó que “este acto, no sólo es la celebración del Centenario del CGCOM, sino sobre todo de expresión y renovación del compromiso de la profesión médica, de cada uno de sus profesionales, con la sociedad. Como presidenta del Congreso de los Diputados quiero agradeceros ese compromiso, colectivo y personal, que mantenéis cada uno bajo el mayor de los guardianes posibles: la propia conciencia”.
Destacó que los médicos han tenido un papel político destacado más allá del ámbito sanitario, han desarrollado “siempre una vocación política que no es casual”. Hizo hincapié en que “ambas son profesiones de compromiso con el otro; profesiones cuya finalidad es el servicio y que, en consecuencia, exigen una especial capacidad de comprensión del otro y de acercamiento a sus necesidades y demandas”.
Batet argumentó que “ese acercamiento y acción sobre el otro ambas nos confrontan con ámbitos de duda, con dilemas éticos y, a la vez, con la necesidad de adoptar decisiones también en esos espacios de inseguridad y de disyuntiva. Porque, finalmente, ambas implican el ejercicio de un poder sobre los demás; de un poder orientado al servicio público, pero que no siempre es fácil de identificar o que ofrece distintos y contrapuestos caminos”.
Para la presidenta del Congreso, “el poder implica responsabilidad, entendida como reflexión y consideración detenida de las propias acciones así como de su adecuación a las finalidades y objetivos de la profesión, esto es, al servicio a la sociedad por encima de otras consideraciones legítimas pero particulares. Y es la responsabilidad y la que nos conduce a discutir y asumir referentes comunes y normas de conducta como las que hoy renováis aquí”.
Aseguró que “el poder conlleva responsabilidad; y la responsabilidad exige ser consciente de las propias limitaciones. Esa conciencia es la base fundamental del respeto a las opiniones distintas, a las posiciones alternativas a las nuestras que se formulan desde el mismo compromiso social y con igual responsabilidad”.
Batet destacó que “el respeto es, así, un elemento fundamental en la profesión médica y en la política; sin respeto no hay responsabilidad y, en consecuencia, el poder no se ejerce correctamente. Respeto a quienes asumen las consecuencias de nuestras decisiones; y respeto también a quienes participan en esas decisiones aunque sea desde posiciones y opciones distintas”.
Felicitó la renovación del compromiso individual de los profesionales y la actualización de los términos de ese compromiso. “La Declaración que hoy realizáis es de reciente redacción, de 2017. Es pues una “reforma” de las versiones anteriores iniciadas en 1948 en Ginebra, que a su vez constituían la continuación del famoso juramento hipocrático”, subrayó.
Concluyó que “no creo, sin embargo, que ninguno de vosotros no se reconozca en los valores de la versión inicial del juramento o de la Declaración de 1948. Los cambios posteriores no han venido a corregir los textos antiguos, sino a reforzarlos y defender su vigencia, pues compartían sus principios fundamentales. Del mismo modo, el cambio en las leyes o en las constituciones es normalmente un instrumento de defensa y de vigencia de las mismas; todo lo contrario, pues, a su cuestionamiento. Una lección más que deja vuestra visita al Congreso y que espero que sepamos aprovechar”.
