Más de 7.500 personas padecen Fibrosis Pulmonar Idiopática (FPI) en España, según datos recordados en la presentación de la campaña ‘#EscuchaMisPulmones’, puesta en marcha con el objetivo de fomentar el conocimiento de los síntomas de esta enfermedad entre la población general y los profesionales sanitarios. La iniciativa se enmarca dentro de la Semana Internacional de la FPI, que se celebra del 15 al 23 de septiembre
La campaña ‘#EscuchaMisPulmones’ persigue concienciar a la sociedad “sobre una realidad que a veces resulta invisible”, según el presidente de la Asociación de Familiares y Enfermos de Fibrosis Pulmonar Idiopática (AFEFPI), Carlos Lines.
El objetivo principal es fomentar el conocimiento entre la sociedad y los profesionales de la atención primaria sobre los síntomas de la FPI.
La Fibrosis Pulmonar Idiopática es una enfermedad rara, de causa “desconocida”, progresiva, debilitante y mortal, caracterizada por la inflamación y “cicatrización” de los pulmones, según el jefe de servicio de Neumología del Hospital Universitario La Princesa (Madrid), Julio Ancochea. “Los pulmones se vuelven duros y el intercambio de gases -en la respiración- se ve alterado”, explicó.
En el Registro Español de Enfermedades Intersticiales -de las vías aéreas- de 2004 se comprobó que la FPI es la más común de todas, con un 38,5%. “Es la más frecuente. 15-20 casos por cada 100.000 habitantes. Aproximadamente, 7.500 españoles”, aclaró Ancochea. También, dijo, es “la más cruel e inquietante” y supone “un reto” para los expertos.
La campaña, que también se seguirá en redes sociales a través del hashtag ‘#EscuchaMisPulmones’ y en la web http://www.luchaporlafpi.es , se enmarca dentro de la Semana Internacional de la Fibrosis Pulmonar Idiopática, que se celebra del 15 al 23 de septiembre. Fue puesta en marcha por el Asociación de Familiares y Enfermos de Fibrosis Pulmonar Idiopática.
La fibrosis pulmonar idiopática es una enfermedad respiratoria, crónica, poco frecuente, progresiva, gravemente incapacitante y, a la larga, mortal, con una media de supervivencia de 2 a 5 años tras el diagnóstico. Una de las barreras a las que se enfrentan médicos y pacientes es su complejo diagnóstico. En la actualidad, un paciente de FPI puede tardar entre 1 y 2 años en ser diagnosticado ya que, algunos de sus síntomas son parecidos a los de otras enfermedades.