miércoles, abril 24, 2024

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Luciana Nechifor: «La misma precariedad que inunda las facultades lo hace en los servicios de atención primaria, aunque en distinto plano»

Con motivo de la celebración del día del estudiante, Médicos y Pacientes habla con Luciana Nechifor, elegida recientemente elegida presidenta del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina, para conocer su posicionamiento y valoración sobre el aumento de las facultades de medicina, la formación médica continuada o la influencia de la pandemia en los estudiantes, entre otros temas de actualidad sanitaria

¿Cómo valora la situación actual de los estudiantes de medicina en España?

 
En general, precaria. La docencia médica no ha visto un cambio sustancial a nivel general en su cambio de licenciatura a grado guiado por el plan Bolonia de regulación Europea.
 
Se nos siguen dando los mismos contenidos año tras año, montañas de apuntes sin ningún otro fin que el de la memorización y aprendizaje por asentimiento puro y duro, sin cuestión y juicio por parte del alumno. Contenidos puramente clínicos que dejan de lado el plano psicológico y social de las pacientes y, por lo tanto, dificultan el abordaje global de las mismas.
 
Deficiencia práctica en comparación con el resto de nuestras compañeras de Ciencias de la Salud, produciendo un detrimento de la calidad asistencial del sistema sanitario del que formaremos parte en un futuro no muy cercano.
 
Todo esto se une a la falta de apoyo por parte del profesorado. La salud mental del estudiantado de medicina siempre ha sido precaria, pero en la actualidad y con la pandemia que nos ha asolado en los últimos años ha sufrido una caída estrepitosa, aumentando los casos de compañeras que han requerido asistencia psicológica por su situación académica.
 
¿Cuál es el plan de acción del CEEM para mejorar esta situación?
 
Desde el CEEM apoyamos y apostamos, desde nuestro carácter activista y reivindicativo, por acciones, proyectos y líneas de trabajo para demandar:
 
Mejoras y cambios en nuestros planes docentes para conseguir una formación médica de calidad, más actualizada, humanista, práctica, personalizada y generalista (concebimos la Atención Primaria como el pilar fundamental de la medicina); y menos anticuada, paternalista, teórica, teórica, impersonal y superespecializada.
Condiciones de estudio y universitarias que favorezcan una buena salud mental, pudiendo conciliar la vida universitaria con la vida personal, para que se reduzcan las tasas de ansiedad de nuestro estudiantado por el estrés y la presión a la que estamos sometidos.
Cambios sociales y políticos para asegurar un sistema equitativo, igualitario, ético y público universal, donde todas las personas cuenten y dispongan de un acceso a la salud de calidad.
 
¿Qué opina sobre el aumento de las facultades de medicina y cómo afecta a las prácticas de los estudiantes?
 
Desde el CEEM nos posicionamos en contra de la apertura de nuevas facultades de medicina y del aumento de los numerus clausus. Desde 2008 han aumentado en más de 15 el número de facultades de medicina y más de 2000 plazas de nuevo ingreso cada año, cuando a la hora de egresar a los/as médicos/as recién graduados, se topan con un embudo MIR donde solo se ofertan plazas para 1 de cada 2 aspirantes. Sin el MIR nuestra formación se queda incompleta, inacabada, pues es necesaria la especialización para ejercer en nuestro país y más aún en el sistema nacional de salud.
 
Está claro que no son necesarios más estudiantes de medicina pues ya existen más de 7.000 médicos aspirantes al MIR recirculantes (que no pueden acceder al sistema por el colapso), y aumentar el número de estudiantes repercute negativamente en nuestra docencia pues no existe un número suficiente de profesorado clínico formado y cualificado para formarnos, se hipertrofia la docencia haciéndola menos personal y se colapsan también las unidades docentes de los hospitales universitarios del país.
 
¿Por qué considera importante que se escuche a los estudiantes de medicina?
 
Al vivir la carrera desde dentro, somos las personas mejor cualificadas para evaluar la cantidad y calidad de conocimientos con los que contamos a la hora de ejercer la profesión, pero también de las carencias del grado, así como las dificultades que puede generar. Nuestras propuestas son el reflejo de nuestras vivencias y consideramos que tenerlas en cuenta no solo favorece un estudiantado con más motivación y herramientas para afrontar su futuro, sino la mejora del sistema sanitario y mayor beneficio del paciente (pieza más importante de todas).
 
En definitiva, somos el relevo de las futuras compañeras y queremos asegurarnos de estar a la altura de la situación, ser lo que la paciente espera de nosotras y ejercer la medicina de la forma más profesional, interdisciplinar y completa posible.
 
¿Qué valoración hace de la relevancia de la formación continuada en el ámbito médico?
 
La formación continuada es esencial, pero a nivel educativo creemos que se enfoca de manera errónea y, sobre todo, muy desigual entre las distintas facultades a las que representamos.
 
Siempre se nos dice que el personal sanitario debe estar actualizado de las novedades que van saliendo en publicaciones, congresos y sociedad, pero esto no es algo que se inculque de manera activa en nuestras facultades. Las guías docentes de muchas facultades llevan sin actualizarse desde hace años, haciendo que aspectos tan importantes y actuales como los avances en investigación, la docencia y los estudios de género y biopolíticas no se incluyan en nuestro grado ni de manera aislada ni de forma integral en las asignaturas ya existentes.
 
¿Considera importante la comunicación para el correcto avance en los diversos ámbitos de la medicina?
 
La comunicación es una de las herramientas más importantes en la medicina, pues no solo permite obtener información relevante con la que tratar al paciente, sino también conseguir que sienta la tranquilidad y cercanía necesaria como para poder afrontar situaciones difíciles. Es fundamental formar y concienciar a los médicos en la práctica de una escucha activa, estrategias de comunicación y herramientas para gestión de situaciones complejas.
 
Además, una comunicación adecuada resulta imprescindible para la coordinación del equipo de profesionales sanitarios, por lo que dar la importancia que merece a esta práctica puede favorecer la creación de espacios de trabajo mucho más seguros y cómodos, que permita la integración y desarrollo de todas las participantes y en la que las nuevas ideas tengan cabida. Una correcta comunicación es la base sobre la que arreglar muchos de los problemas actuales, consiguiendo mejorar el futuro de la medicina en particular y de toda la sanidad en general.
 
Según los datos PAIME ha existido un aumento del 37% de los casos con especial incidencia en los jóvenes. ¿Cómo podemos abordar esta situación desde las instituciones médicas para ayudar a los médicos y conseguir desestigmatizar el concepto del ‘médico enfermo’?
 
El PAIME (Programa de Atención Integral al Médico Enfermo) se creó con la finalidad de ayudar al médico enfermo, asegurar que recibiesen asistencia especializada, favorecer su rehabilitación profesional y garantizar la salud de la población general. La primera vía para abordar los casos de “médicos enfermos” es analizando el problema con datos, y aunque el PAIME aborda muchas patologías distintas, prevalecen los trastornos psíquicos y las adicciones.
 
Según un estudio de la Fundación Galatea, el 16,2% de los médicos y el 21,1% de las médicas presentaban sufrimiento psicológico, frente al 9,1% y 16,6% de la población general ocupada. Estudios similares en residentes muestran que el riesgo de sufrir un trastorno psicopatológico aumenta a lo largo de la residencia, pasando de un 15% en el inicio del primer año, al 29% al final de este, y al 38% tras el último año de residencia. Respecto al suicidio, es la única causa de mortalidad más alta en profesionales de la salud que en el resto de la población. Asimismo, los médicos tienen un 40% más de riesgo de morir por suicidio que la población general, mientras que en las médicas el riesgo es más del doble que en la población.
 
Si analizamos los datos en estudiantes de medicina se ve que el riesgo psicopatológico entre el estudiantado de medicina es del 47%. También en este grupo hay diferencia entre géneros: el 38% de los hombres frente al 50% de las mujeres. Respecto al suicidio se ha estimado que la prevalencia de ideación suicida es del 11,1%.
 
Creemos que desde las instituciones médicas se podría abordar esta problemática desde 5 vertientes:
 
? Detección precoz, con cribados entre los profesionales de la salud que permitan detectar posibles médicos enfermos a la vez que contribuir al autoreconocimiento de la patología.
? Accesibilidad, que pedir ayuda sea lo más fácil posible para el médico enfermo, con canales claros y bien definidos, poca burocracia y una mayor promoción del servicio entre la profesión médica.
? Confidencialidad, para que ese médico enfermo no sea sometido a la estigmatización patente, a la vez que se deben realizar campañas de salud pública dando a conocer la situación y normalizándola, dirigidas tanto al colectivo médico como a la sociedad.
? Reinserción, fomentando que el médico sea capaz de volver a realizar su trabajo habitual en un ambiente lo más seguro posible, garantizando una rehabilitación completa a a vez que un seguimiento de calidad.
? Por último, Inclusión del estudiantado de medicina en el programa PAIME, pues los datos nos indican que el riesgo psicopatológico aumentado en la profesión médica tiene su origen ya en el estudiantado de medicina, y eso justificaría que la incidencia aumente especialmente en médicos jóvenes. Esto actuaría como un programa de prevención de futuros médicos enfermos.
 
Podemos observar que la nueva junta directiva del CEEM está compuesta por más mujeres que hombres. ¿Se puede decir que se está consiguiendo un avance sobre la igualdad efectiva entre mujeres y hombres dentro del campo de la medicina sobre todo en puestos de alta responsabilidad? ¿por qué considera importante esta paridad de género?
 
Durante estos últimos años se ha estado analizando y estudiando el concepto de “la feminización” progresiva de la Medicina, haciendo referencia tanto al aumento de mujeres que acceden a estudiar esta carrera en las diferentes universidades como al alto porcentaje que éstas ocupamos a nivel profesional. A priori, estos datos podrían hacernos pensar que estamos consiguiendo una igualdad efectiva entre mujeres y hombres dentro del campo de la medicina a todos los niveles, sin embargo, nada más lejos de la realidad. A pesar de que, según datos del INE de 2017, las mujeres representamos un 50,4% de los profesionales de la medicina frente a un 49,6% de los hombres; tan solo el 20% de las mujeres ocupamos actualmente puestos de dirección.
 
Entonces, ¿el aumento de mujeres estudiantes de Medicina y de médicas ya formadas supone una igualdad efectiva respecto a los puestos de alta dirección? Ya hemos comprobado que no. A pesar de que las mujeres se gradúan en mayor número año tras año, sigue habiendo diferencias entre los ingresos y las oportunidades que tienen de obtener puestos de liderazgo.
 
La medicina no deja de ser otro ámbito más en el que la desigualdad entre hombres y mujeres es una constante real. Analizar las causas por las que esto sucede es un trabajo necesario y extenso que debemos realizar (hablar de la división sexual del trabajo, de asociar el cuidado al ámbito de lo privado, techo de cristal, transformaciones culturales, segregación vertical y horizontal en el sistema sanitario…); aunque quizás este espacio se nos queda corto para desarrollar y analizar estas causas.
 
Lo que sí consideramos necesario es reflejar el por qué es importante el acceso de las mujeres a puestos de conducción, dirección, jefaturas y externalización de la medicina. Tener representación de las mujeres en la medicina es vital.
 
La medicina ha abarcado históricamente las enfermedades como algo universal, con unas etiologías claramente biológicas y esencialistas, considerando los factores sociales como un añadido a las mismas. Por el contrario, hoy en día sabemos que estos factores como son el género, la etnia, la clase, estilos de vida, edad no son añadidos si no desencadenantes de igual forma, retroalimentándose en la forma en la que se definen entre ellas. Por ello cada vez se va enfocando más la Medicina desde un punto de vista antropológico y con perspectiva de género; algo que se suele considerar una “amenaza” entre muchos autores y especialistas, miedo infundado por los cuestionamientos profundos que los principales feminismos han hecho de los principales debates sociales y teóricos. Este es uno de los muchos motivos por los que es tan importante la representación de mujeres: porque el género es mucho más que un añadido a la medicina; es parte de ella.
 
¿Y si hablamos de liderazgo y mujer? ¿qué más supone qué las mujeres ocupemos puestos de liderazgo, conducción y responsabilidad?
 
Diversos estudios (como el de Rosener) hablan de que la mujer se percibe en general como una líder transformacional: buscando la participación constante, el flujo de comunicación, el transmitir los sentimientos de inclusión y pertenencia, un liderazgo más democrático y orientado a la inteligencia interpersonal. A pesar de esto, las mujeres seguimos teniendo muchas más dificultades para acceder a este tipo de puestos que los hombres. Es más: las mujeres luchan por alcanzar posiciones ejecutivas y de liderazgo, pero luchan mucho más por mantenerse en ellas dentro de un ambiente adverso.
 
¿Qué mensaje le puede mandar a aquellos estudiantes de medicina que se encuentren en un momento de bloqueo o estrés emocional provocado por las grandes jornadas de estudio?
 
Muchas veces resulta complicado dar consejos sobre una situación que por desgracia resulta sistemática en la carrera de medicina, pero una buena forma de salir de ese bache es pensar la razón que te llevó a estudiarla. ¿Qué te impulsó a esta aventura? A pesar de que muchas veces no sea lo que en un principio imaginaste, seguro que dentro de la carrera has tenido algo que te ha marcado (el primer día que te viste con la bata, el día que trataste con un paciente por primera vez, o la sensación de alegría que te invade cuando acaba un procedimiento médico y ves que todo ha salido bien y que el paciente se encuentra mejor). Medicina es una carrera muy humana y, a pesar de que muchas de las condiciones que conlleva estudiarla puedan resultar impensables, creo que es precisamente el factor humano lo que hace que merezca la pena.
 
Esto no quiere decir que haya que aceptar cualquier condición “porque es nuestra vocación”, pero sí que en momentos en los que parece que lo ves todo negro puede ayudar pensar que dentro de unos años vas a ser tú quien pueda estar con esa persona, ser quien esté ahí para calmarlas antes de un procedimiento difícil, quien las ayude a despertar, resuelva cada una de sus dudas, las acompañe y las guíe en el proceso de la enfermedad. Lo mejor de la medicina son los pacientes y creo que el hecho de pensar que en un futuro cercano vas a poder estar cerca de ellos es el mejor aliciente que un estudiante puede tener.
 
¿Cómo ha sido estudiar medicina durante la pandemia?
 
La pandemia ha afectado bastante a nuestra docencia. Desde los cursos clínicos, que han sufrido bastantes restricciones en el aprendizaje en los hospitales, hasta los cursos más iniciales. La docencia teórica online ha sido más pesada y la virtualización de ciertos contenidos sigue siendo hoy en día precaria. Para aquellas alumnas que comenzaron el grado directamente inmersas en la pandemia, la adaptación ha sido mucho más ardua, pudiendo incluso mermar en su ilusión y ganas de involucrarse en el grado.
 
Además, la falta de equilibrio entre contenidos teóricos y prácticos (aún más acentuada con la pandemia) no solo genera carencias en competencias básicas que un estudiante de ciencias de la salud debería tener, sino que conlleva además un retraso a la hora de afianzar conceptos claves del grado.
 
El CGCOM ha reforzado recientemente el OPPISS. ¿Cómo cree que pueden interactuar estas ‘soluciones milagrosas’ con los nuevos y futuros profesionales de la salud? ¿cree que el gran volumen de información en internet y las redes sociales favorece a la creación de estos modelos carentes de evidencias científicas?
 
Efectivamente, la propagación de la desinformación y las falsas creencias es una de las amenazas más graves que enfrenta la medicina del siglo XXI. Cada vez están más integradas en la conciencia colectiva y eso puede calar incluso entre los médicos (ejemplos de ello se pueden encontrar en abundancia en internet). Además, muchas de estas ‘soluciones milagrosas’ tienen asociadas unas grandes ganancias para sus promotores, y los médicos no dejan de ser personas, y como tal pueden ser corruptibles.
 
Sin embargo, como generación criada bajo el abrigo de las nuevas tecnologías, también somos conscientes del potencial de las redes sociales para lograr todo lo contrario: hacer divulgación, campañas formativas, mensajes de educación sanitaria, etc., que puedan llegar tan lejos como lo hacen las teorías infundadas. Es nuestra misión como valedores de salud encontrar la manera de acercarla a las personas, y si la manera más eficiente de comunicación es y será esta, debemos adaptarnos y aprovechar todo su potencial.
 
De la misma manera, debemos consolidar unas bases de conocimiento simples pero férreas, que aseguren el mantenimiento de los modelos con evidencia demostrada en el tiempo, así como un filtro de pensamiento crítico, que es la herramienta para desestimar cualquier tipo de práctica o afirmación fraudulenta. Consolidando estos dos valores, el gran volumen de datos disponible nunca será un problema, sino todo una oportunidad para la formación de la población general en salud.
 
Creen que el modelo MIR debe de ser retocado, ¿en qué dirección?
 
Como ya sabéis, defendemos y llevamos más allá lo que nuestros estudiantes nos piden, y estos están recogidos en una serie de posicionamientos públicos en nuestra web 
 
Actualmente, defendemos un MIR con unos contenidos regulados, una duración óptima de 4 horas, 175 preguntas y 10 de reserva. Para entender un poco mejor a qué nos referimos con contenidos regulados adjunto dos párrafos muy explicativos al respecto:
 
Solicitamos al Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad y al Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, la publicación de un temario para la prueba de acceso al sistema MIR, similar al incluido en los programas de distintas oposiciones estatales. Este temario estaría basado en manuales de referencia suministrados por las autoridades competentes del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social respaldados por las Sociedades
 
Científicas de cada especialidad con una bibliografía (libros, guías clínicas, etc.) adicional objetiva y referenciable, que constituirían la base de la preparación del examen por parte del estudiante, la fuente de las preguntas del examen –tomando como guía el temario- y el texto de referencia para la estimación de las respuestas correctas por parte de la Comisión Calificadora. Lo anterior contribuiría a evitar la anulación de preguntas, tanto en las plantillas provisionales, como en las plantillas definitivas realizadas tras las impugnaciones.
 
Solicitamos que, a las respuestas al cuestionario aprobadas por la Comisión Calificadora, se adjunten las referencias, las cuales estarán contenidas dentro de los contenidos teóricos manuales, que justifican dicha aprobación. Esto evitaría en su mayor parte la anulación de preguntas (entre 6 y 10 preguntas anuladas en cada convocatoria desde el examen MIR 2001) y la modificación de las respuestas definitivas tras las impugnaciones. Este temario deberá ser publicado con antelación suficiente, estableciendo como fecha óptima para su publicación la de finalización de la convocatoria ordinaria y como fecha mínima exigible la de obtención del título por parte de los últimos egresados. Este temario será revisado anualmente, siendo así adaptable a las posibles innovaciones médicas acontecidas.
 
¿Cómo valoran los últimos cambios respecto a la elección de plazas MIR? ¿el presente pasa por este modelo?
 
En lo referente a las modificaciones recientes en el proceso de elección de plazas MIR se ha evidenciado que, tanto los estudiantes de Medicina como los egresados se oponen en gran medida al sistema de adjudicación de plazas que en los recientes años se ha implantado, considerándose una gran pérdida en lo que a calidad, transparencia y relevancia del proceso se refiere. Si bien, este descontento ha sido continuamente manifestado en redes sociales e incluso directamente a los organismos pertinentes, parece ignorarse el evidente hecho de que el actual sistema supone un paso atrás desde la perspectiva de los estudiantes, opositores e incluso el resto de profesionales del ámbito sanitario.
 
Ponemos de manifiesto que el estudiantado de medicina se oponen al sistema de adjudicación de plazas que está actualmente en vigor, y que se implantó en un principio por las limitaciones de la crisis sanitaria derivada de la pandemia de la COVID-19, y entendemos como el proceso idóneo el llevado a cabo hasta dicho cambio, un sistema de elección de plazas presencial y en tiempo real, que garantice la calidad del proceso y que sea respetuoso y consecuente con la relevancia que el mismo tiene para el estudiantado y la profesión médica.
 
Pocos nuevos médicos eligen la especialidad de Medicina de Familia ¿Por qué cree que pasa esto?
 
Creemos que es evidente: la misma precariedad que inunda las facultades inundan los servicios de atención primaria, aunque en distinto plano.
 
Cuando rotamos por los hospitales (recordemos que pocas veces y de manera muy pasiva) vemos la situación de los pacientes que asisten a los servicios de urgencias de atención primaria y urgencias.
 
Todo esto se une a la calidad de vida de los profesionales sanitarios que forman parte de estos servicios: salarios rebajadisimos, horarios eternos y calidad asistencial sobrecargada. Estos tres factores se traducen en lo siguiente: MAL PARA EL MÉDICO, MAL PARA EL PACIENTE.
 
Cito textualmente a una compañera que hizo su rotatorio de MFyC hace unas semanas: “Los médicos están dimitiendo por la precariedad de los salarios y su situación laboral, el hospital no contrata a nadie. Los pacientes están hacinados en los boxes de consulta urgente, en triage y en los pasillos. Pacientes oncológicos con dolores insoportables sin ser atendidos por nadie. No me he formado para esto. Me he formado para ayudar. Esto no es ayudar.”
 
¿Qué espera de una organización como el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos?
 
Principalmente que nos ayuden en todas nuestras reivindicaciones, apoyándonos y dándonos la voz que muchas veces no conseguimos nosotros solos.
 
Además, como Consejo de estudiantes, que nos deis la posibilidad de llevar a cabo la mejora de las condiciones de los estudiantes de Medicina y futuros médicos, a través de recursos y apoyos que nosotros no poseemos, al igual que habéis hecho durante tantos años.
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