Las personas con discapacidad en España tienen una probabilidad del 25% de experimentar pobreza, es decir por encima de la media europea (21,1%), y muy por encima de las personas sin discapacidad en la Unión Europea (14,9%), según datos del estudio «Impacto de las medidas de austeridad en las personas con discapacidad en la Unión Europea».
Madrid, 3 de marzo de 2014 (medicosypacientes.com)
Las principales conclusiones del estudio, cofinanciado por el Consorcio Europeo de Fundaciones sobre Derechos Humanos y Discapacidad del Centro Europeo de Fundaciones (EFC) con el objetivo de analizar cómo está afectando la crisis económica y las medidas de austeridad a las personas con discapacidad en Europa, han sido expuestas en un encuentro organizado con el fin de analizar el impacto de la crisis en el colectivo de personas con discapacidad.
El encuentro contó con la participación del presidente del Consorcio Europeo de Fundaciones sobre Derechos Humanos y Discapacidad y director de Relaciones Sociales e Internacionales y Planes Estratégicos de Fundación ONCE, Miguel Ángel Cabra de Luna, que expuso los principales datos de la investigación y señaló que el mayor impacto de la crisis está teniendo lugar en el ámbito del empleo y de las prestaciones en materia de dependencia y que, si se certifica que salimos de la crisis, la situación «tiene también que mejorar para un colectivo tan vulnerable como el de las personas con discapacidad». Además, Cabra de Luna hizo hincapié en la importancia de la aplicación efectiva del derecho y de la innovación social: «tiene que haber estrategias para avanzar y mostrar que las personas con discapacidad son fuente de ventajas competitivas», apuntó.
También participó en el acto el presidente del CERMI, Luis Cayo Pérez Bueno, que explicó que el principal impacto de la crisis en el colectivo es negativo «en el sentido de que no existe». En su opinión, la crisis «ha paralizado el proceso de inclusión dejándonos estancados» dentro del proceso de presencia y participación sociales», y «los más afectados por todos los impagos, retrasos, recortes y minimización de estrategias son las estructuras del bienestar y, en concreto, el movimiento asociativo», advirtió Pérez Bueno.
Por su parte, la comisionada de género del CERMI y directora de Relaciones Internacionales de la ONCE, Ana Peláez, centró su intervención en el impacto de la crisis desde una perspectiva de género. Según Peláez, las mujeres con discapacidad «son las personas más pobres del mundo, y las que más están sufriendo los efectos de la crisis». Para la comisionada de género del CERMI, la solución pasa por el apoyo económico y la lucha «contra la desigualdad en el tercer sector que excluye a las mujeres con discapacidad», un colectivo que, ha añadido, supone «la mayoría de la población de personas con discapacidad».
Asimismo, el director general de la Fundación RAIS, José Manuel Coballol, se refirió al estudio «Discapacidad en el ámbito de la exclusión social», realizado por la entidad, y que ha descubierto una realidad que estaba oculta, con datos como que «el 23% de las personas sin hogar tiene alguna discapacidad». Coballol señaló que «hacen falta medidas muy contundentes y muy específicas para paliar esta situación», ya que, además, las personas sin hogar que tienen alguna discapacidad «sufren más agresiones, peor estado de salud y pasan de media más años en la calle que las que no tienen discapacidad».
