La solidaridad marca el centenario de la FPSOMC en Sevilla

 

El acto contó con la participación del presidente de la FPSOMC, Dr. Serafín Romero; el presidente del Colegio de Médicos de Sevilla, Dr. Juan Bautista Alcañiz; la directora técnica de la FPSOMC, Nina Mielgo; y la oficial mayor y encargada de la Protección Social en el Colegio de Médicos de Sevilla, Mercedes Rodríguez. La parte más humana del encuentro recayó en tres beneficiarias que contaron sus testimonios como receptoras de las ayudas de la Fundación a través del Colegio de Médicos de Sevilla: María Jesús Garrachón, María Antonia Herrero y María Victoria Pérez Gilabert.

 

La celebración estuvo acogida además por miembros de la Junta Directiva de la institución colegial, como el secretario general del Colegio de Médicos de Sevilla, Dr. Juan Manuel Contreras Ayala; decanos y profesores de la Universidad de Sevilla y representantes de la FPSOMC y OMC. Estuvieron presentes por parte de la OMC y FPSOMC su vicepresidente primero, el Dr. Javier Font; secretario general, Dr. Juan Manuel Garrote; tesorero, Dr. Jerónimo Fernández Torrente y gerente, Teresa Echevarría. 

 

 

El Dr. Alcañiz, anfitrión del acto, aludió en su intervención a la esencia de la FPSOMC: dar respuesta desde los Colegios de Médicos a las necesidades básicas y sociales, educativas y de salud de sus beneficiarios y familiares directos, que por distintas circunstancias se encuentran en situación de riesgo y exclusión social. “El Colegio de Médicos de Sevilla -dijo- está implicado en esta tarea, y con actos como éste queremos dar a conocer toda la actividad que desarrolla la Fundación en el ámbito nacional y aquí en Sevilla”.

 

Explicó que desde la corporación médica seguirán “haciendo visible y apoyando” la labor de la Fundación, “dando respuesta” a todos los problemas de los colegiados y sus familias, para que “se sientan respaldados por su Colegio y compañeros”.

 

El Dr. Romero expuso que “hoy se cumplen cien años en Sevilla de solidaridad, ayuda y protección social de todos los médicos” y agradeció a los miembros de la Junta Directiva del Colegio, pasados y actuales, “por aportar su grano de arena a esta gran obra”, a todos los médicos y médicas de Sevilla “por mantener la Fundación” y a todos a los que “le ponen cara, voz y alma desde el Colegio “que persisten y hacen que el trato de aquel que lo necesita en momentos complicados, sea acogido desde la empatía”.

Del origen de la Fundación incidió en que gracias al patronato se hizo “necesaria y obligatoria” la creación de Colegios de Médicos y añadió que esta Fundación ha ido creciendo y adaptándose a las nuevas necesidades. “De la solidaridad de todos los médicos de España se puede atender a cerca de 3.000 beneficiaros anuales”, matizó. Pero no solo atiende a huérfanos de médicos, sino dispone de ayudas para mayores, para conciliar la vida familiar y laboral o para ayudar a la salud de los médicos, entre otros. “No hay ningún médico que se quede sin ser ayudado por la generosidad de la profesión”, subrayó el Dr. Romero. 

 

Finalmente, expresó su orgullo de “haber contribuido entre todos a una Fundación que cumple cien años y que es única, no hay ninguna profesión que tenga una igual, longeva, y que solo se nutre de lo que aportamos, de nuestra solidaridad”.

 

 

La directora técnica de la FPSOMC, Nina Mielgo habló sobre la Filosofía y los campos de actuación de la Fundación. La Filosofía se refleja, tal y como indicó, “en la Misión, en los Principios que dirigen su actividad y en los Valores que definen y perfilan su identidad”.

 

Los Principios de la Fundación son cuatro. Universalidad, por el que se garantiza la protección a todos los miembros colegiados y sus familias sin ninguna discriminación; Integralidad, que adapta la protección social a todas las contingencias que se presenten; Unidad, que permite la articulación de políticas y ayudas de forma suficiente y complementaria a los recursos de la sociedad; y Participación mediante los órganos de representación. Todos ellos articulados en los Valores de solidaridad, igualdad e inclusión.

 

“La coherencia entre los principios rectores aplicados y los valores elegidos y ejercidos, ha sido y es la clave para la Permanencia de la Fundación durante 100 años”, señaló Mielgo.

 

También desglosó el Catálogo de Prestaciones y las actividades que forman parte del Programa de Protección Social de la Fundación.

 

 

Por su parte, la atención y ayuda al médico colegiado y Socio Protector de la Fundación desde el Colegio de Médicos corrió a cargo de Mercedes Rodríguez, oficial mayor del RICOMS. Tras explicar que la corporación médica destina más de 600.000 euros a prestaciones, becas, títulos y ayudas mensuales a discapacitados, jubilados, huérfanos, residencias de mayores, tratamientos especiales y viudos/as, hizo un llamamiento a todos los médicos para que “difundan la importante labor que realiza la Fundación” y conozcan todas las prestaciones que los médicos disponen. Asimismo, mostró su disposición “para informar y ayudar al médico que lo necesite desde el Colegio de Médicos”.

 

En el transcurso de este Acto, dieron testimonio de su experiencia personal viudas y huérfanas de médicos que han seguido adelante con las ayudas percibidas a través de la Fundación. En concreto, María Jesús Garrachón, María Antonia Herrero, y María Victoria Pérez Gilabert.

 

María Jesús Garrachón, huérfana de médico, puso de manifiesto como cuando falleció su padre tanto ella como sus hermanos pudieron contar con el apoyo económico y moral de la Fundación. “En esos momentos duros, de dolor y de desamparo por la pérdida de un ser querido, el apoyo del colectivo médico, que no solo te arropa económicamente, te hace sentir que no estás solo, te acompaña y consuela”, aseguró Garrachón.

 

 

Expresó su agradecimiento a la Fundación y a todas las personas anónimas que contribuyen con ella “por ayudar a una familia que sufre. Por su abrazo que transmite <>”.

 

María Victoria Pérez Gilabert también tuvo palabras de agradecimiento por la ayuda y apoyo que recibió del Colegio y Fundación tras quedar viuda. “Gracias de todo corazón sin vuestra ayuda no hubiera sido posible salir adelante, me siento arropada por la profesión y por el Colegio por hacerme sentir parte de esta gran familia y por aportarme tanto”, dijo.

 

María Antonia Herrero quedó viuda hace 31 años cuando su marido, Enrique médico colegiado en Sevilla, murió de forma repentina dejando nueve huérfanos. “Fue una debacle en mi vida y más en la de ellos, -afirmó- el mayor tenía 18 de años y la más pequeña seis meses. Los 9 pendientes de una vida por delante”.

 

Explicó cómo, en esa situación, pudo contar con “el amparo inestimable” y “apoyo total” de la Fundación que dieron ayudas especiales a cada uno de sus hijos.  “Es lo que hace que se pueda pagar una factura de luz y disfrutar las mismas oportunidades que el resto de la sociedad”, señaló la beneficiaria quien contó que gracias a ello sus hijos pudieron estudiar carreras universitarias y uno de ellos hoy en día recibe una ayuda mensual de huérfano enfermo.

 

Se preguntó cuántos grandes profesionales, como sus hijos, “salieron a flote” gracias a la Fundación y aseguró que es “algo que mantener vivo y proteger”.