viernes, marzo 29, 2024

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La relación médico-paciente desde la docencia del grado de Medicina

Hace más de cinco años el Foro de la Profesión Médica impulsó una iniciativa para reconocer la relación médico-paciente como Patrimonio Universal de la Humanidad con el objetivo de proteger y potenciar dicha relación y sus valores, así como defenderla de las amenazas a las que se encuentra sometida en la actualidad, derivadas de presiones administrativas, tecnológicas, económicas y políticas, entre otras

Con esta iniciativa se aspira a promover una relación médico-paciente de calidad, en colaboración con las administraciones, instituciones sanitarias, organizaciones médicas y asociaciones de pacientes. Se trata de mantenerla como núcleo fundamental de la asistencia sanitaria centrada en la persona, que sea de alcance universal y con un funcionamiento eficiente. Preservar sus valores y contribuir a su adaptación ante nuevas circunstancias que vayan apareciendo en el futuro forman parte también de este proyecto.

 
En línea con estos objetivos la revista del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) ha querido analizar esta relación, su situación actual y perspectivas de futuro junto a uno de los grandes pilares de esta iniciativa: los docentes. Para ello ha reunido al presidente de la Conferencia Nacional de Decanos de Medicina, Pablo Lara; la decana de la facultad de Ciencias de la Salud de la universidad Rey Juan Carlos de Madrid, Carmen Gallardo, y al decano de la facultad de medicina de la universidad CEU-San Pablo de Madrid en u coloquio moderado por el secretario general del CGCOM, José María Rodríguez Vicente.
 
La relación médico-paciente, eje vertebrador de la profesión
 
Para abrir este análisis sobre la relación médico-paciente y su papel en la Medicina, los participantes destacaron de manera unánime que es la esencia de la profesión médica y su valor más importante, aunque pueda parecer una obviedad.
 
Pablo Lara hizo hincapié en que la finalidad de la Medicina es curar a veces, aliviar a menudo y consolar siempre. “Independientemente de los procedimientos, de los avances en procedimientos diagnósticos y terapéuticos, que son muy notorios y lo van a ser, lo más importante es la relación médico paciente, herramienta fundamental para curar, aliviar y consolar” – explicó. Una explicación a la que se sumó Tomás Chivato, quién apostilló que “en estos tiempos tan duros de pandemia, a veces lo más importante ha sido acompañar. La relación se establece entre alguien que necesita cuidados y un cuidador, un cuidador que ojalá pudiese curar siempre, pero no siempre es posible”. Por su parte, Carmen Gallardo definió esta relación como el eje vertebrador de la profesión médica.
 
La enseñanza sobre la relación médico-paciente ¿debe de contar con más evaluación y créditos en las facultades?
 
Para Tomás Chivato, sin ninguna duda. No obstante, resaltó que “en muchas facultades ya existen asignaturas de comunicación, en nuestra facultad (CEU-San Pablo) la asignatura se encuentra dentro de ética y comunicación asistencial. Esto es un avance respecto a décadas anteriores porque ninguno de los que estamos aquí presentes teníamos esta asignatura en nuestras carreras cuando estudiamos Medicina. Ahora ha cambiado mucho la sociedad, han cambiado mucho los jóvenes y también lo han hecho los pacientes, por eso se hace necesario que se realice una comunicación no solamente eficaz y efectiva sino también una comunicación afectiva”.
 
“Desde las facultades de Medicina estamos muy comprometidos en situar en el centro al paciente y para eso tenemos que comunicarnos de forma adecuada. Antes lo podíamos observar de nuestros maestros, ahora vamos todos muy acelerados y estamos rodeados de mucha técnica, tenemos que insistir y asesorar a los futuros médicos para que se comuniquen de forma adecuada sin perder ese foco de la afectividad que comentaba anteriormente” – apuntó.
 
Para Carmen Gallardo, “aunque en muchos momentos no aparece el término relación médico-paciente tenemos una serie de competencias en las que está totalmente implícito y aparece tanto en las competencias específicas como en las transversales. La comunicación con el paciente está en todos los grados de Medicina, está en las competencias y estas hay que cumplirlas y evaluarlas para que no se nos olviden.
 
Pablo Lara ahondó en esta línea e incidió en que la formación en aspectos que tienen que ver con la relación médico paciente están muy presentes. “La relación médico paciente se aprende de forma continua o se debe de aprender de forma continua a lo largo de los seis cursos del grado desde el primer día hasta el acto de graduación. La formación está en distintos contenidos detrás los cuales hay habilidades, destrezas y competencias que tienen que ver con la relación médica”. Aseguró que cada vez más facultades cuentan con una asignatura de introducción a la Medicina, donde ya se incluye esa relación médico paciente. Una materia que – según explicó – “está presente en otras muchas asignaturas clásicas como psicología médica, asignaturas de ética y patología general donde a la vez que se explica la historia clínica se expone cómo se tiene que desarrollar la relación médico paciente”.
 
Un aspecto que quiso poner de relieve al respecto de la pregunta planteada por el secretario general del CGCOM fue que “sabemos que lo que no se evalúa, se devalúa y quizá ahí tenemos que plantearnos cómo estamos haciendo la evaluación entodo lo que respecta a la relación médico paciente, porque he mencionado anteriormente las asignaturas esas que tienen contenidos que son relacionados pero, ¿y todas las asignaturas clínicas, las prácticas clínicas y todas las prácticas que ahora mismo hacen en los grados los futuros médicos?”.
 
Por ello, “ahora que el estudiante ahora está viendo más pacientes que nunca lo que tenemos que ver es cómo esa perspectiva de la relación médico paciente está también presente en la evaluación, en esas rúbricas, y ello pasa desde la evaluación de esas prácticas clínicas a promover actividades mediante metodologías de simulación, de role play, cada vez más frecuentes, que pueden ayudar a mejorar las condiciones para luego poder realizarla las prácticas” -aseveró.
 
Finalmente comentó que “si queremos enseñar una Medicina centrada en el paciente comencemos por tener una facultad centrada en el estudiante, cuidemos a nuestros estudiantes sin caer en paternalismos. Los estudiantes aprenden de nosotros y de la calidad de las relaciones personales”.
 
Tomás Chivato apoyó la idea de potenciar la formación a través de iniciativas como la simulación porque “cada vez es más importante que el alumno cuando se incorpore a ver pacientes reales tenga ya una cierta formación y en los talleres de simulación de entrevista clínica, así como de realización de una correcta historia clínica, ya puede empezar a aprender a comunicarse. Siempre les insisto a mis alumnos en que, por favor, escuchen a los pacientes. No escuchamos nada, hay que escuchar mucho más”. Asimismo, recalcó la importancia de evaluar este tipo de competencias e hizo alusión a la prueba de ECOE de evaluación de competencias objetivas cruzada al final de la carrera, que puede suponer una gran oportunidad en este campo” – dijo.
 
Apoyo a la humanización desde el inicio del grado de Medicina
 
Tomás Chivato defendió la humanización como elemento fundamental para realizar buena medicina y factor clave de la relación médico-paciente. En su opinión, cada vez existe más tecnología y se tiene más información. “La telemedicina y las implementaciones tecnológicas han llegado para quedarse, especialmente tras la pandemia, pero los pacientes se quejan de que no reciben un trato humano: ellos muchas veces no demandan tanto conocimiento y tanta información, solo quieren ser escuchados, ser atendidos, que se les comprenda. Creo que desde el primer curso el concepto humanización entendido como dar la mejor atención posible al paciente, debemos de potenciarlo y situarlo en nuestras aulas, creo que es positivo hacerlo desde el primer hasta el último día de facultad” – manifestó.
 
Carmen Gallardo también coincidió con este planteamiento. “Los alumnos vienen con una parte tecnificada altísima y hay que devolverles a la realidad. Psicología de la salud es una herramienta buena para empezar a trabajar en este ámbito con ellos desde primero” – comentó.
 
El presidente de la Conferencia Nacional de Decanos de Medicina apuntó a este respecto que en la actualidad muchas facultades están promoviendo una modificación sustancial de los planes de estudios para que el encuentro con el paciente y el aprendizaje de la realización de la historia clínica, la anamnesis y la comunicación, se incremente desde los primeros cursos”.
 
Importancia de la historia clínica
 
Carmen Gallardo hizo hincapié en la relevancia de la historia clínica como herramienta clave para la relación médico-paciente. La decana explicó que “la historia clínica no es solo el documento que se hace, sino también es la actitud que debe de tener el estudiante para hablar con el enfermo para lograr que este le transmita la información que necesita. Recordaré toda mi vida mi primera historia clínica, creo que es fundamental. Cuando abordamos este punto el estudiante ya debe de contar con las pautas de enseñanza para escuchar, es fundamental, entre escuchar y oír hay una gran diferencia, eso tenemos que trabajarlo más. La historia clínica es el primer punto en el que tienen que trabajar con el paciente, es fundamental, pero en toda la formación posterior y práctica clínica la comunicación tiene que ser un elemento transversal, por eso, -insistió- en que se debe de evaluar la comunicación más. Los estudiantes demandan comunicación continuamente y conforme se van acercando a los cursos superiores todavía más, observan que esa herramienta la necesitan, es una demanda que nos hacen siempre. En definitiva, en Medicina hay que potenciar y visibilizar la importancia de la comunicación” – ahondó.
 
Pablo Lara refrendó esta idea sobre la importancia de la comunicación y la historia clínica como herramienta clave y expresó la necesidad que desde las facultades se promueva la toma de conciencia por parte de los docentes sobre la importancia de la formación en la relación médico paciente y que ésta se vea reflejada en los sistemas de evaluación. “Ahora mismo la evaluación se centra más en aspectos científicos y técnicos que en aspectos humanistas cuando estamos hablando de dos caras de la misma moneda”. No obstante, quiso poner el acento en que la relación médico paciente está presente en todos los aspectos en las facultades y que su profesorado, “de enorme calidad” tiene clara la importancia de la relación médico paciente.
 
El tiempo, el mayor enemigo de la relación médico-paciente
 
Preguntados por el secretario general del CGCOM sobre las principales amenazas de la relación médico-paciente todos los participantes del coloquio coincidieron en señalar el factor tiempo.
 
Tomás Chivato recalcó que los profesionales se sienten muy presionados con el factor tiempo. “Los médicos no son robots, también tienen sentimientos, también se cansan, y estamos viendo cómo les está afectando no solamente el síndrome de burn-out, sino otros problemas como la ansiedad y los cuadros depresivos, una problemática que está relacionada también con la precariedad laboral”. En este punto hizo hincapié en las diferencias que existen en atención primaria y en atención hospitalaria donde el factor tiempo tiene dimensiones muy distintas.
 
Para Carmen Gallardo el factor tiempo es la gran dificultad a la que se enfrentan profesionales y la relación médico-paciente. “Esa es la realidad que estamos viendo los profesionales y los usuarios del sistema sanitario”.
 
Reformar el sistema y apoyar a sus profesionales para mejorar la relación médico-paciente
 
Además del tiempo, Pablo Lara apuntó también al cansancio de los profesionales especialmente en el ámbito de la salud mental. “Antes de la pandemia hablábamos de la necesidad absoluta de una reforma del sistema sanitario porque las condiciones laborales de la profesión no eran las óptimas. Ahora nos ha sobrevenido una pandemia inesperada para la que no estaba preparado el sistema lo que ha conllevado una sobrecarga y un esfuerzo enorme de los profesionales. Ahí es donde se han visto los valores de la profesión, la importancia de la relación médico paciente en ese esfuerzo tan continuado. Si esa reforma del sistema sanitario hacía falta antes de la pandemia, ahora se hace ineludible, tras haber mostrado de manera más clara la COVID-19 las carencias y los déficits de nuestro sistema sanitario. El sistema sanitario debe plantearse cómo mejorar el trabajo de sus profesionales como algo necesario para mejorar la relación médico paciente”- enfatizó.
 
Carmen Gallardo aludió al problema ocurrido este año con el número de plazas MIR vacantes para hacer la especialidad de Medicina de familia y comunitaria como un claro ejemplo de lo que está ocurriendo en la sanidad, en la profesión y con la relación médico-paciente. “Los jóvenes han visto la realidad, lo que tienen por delante sabiendo que no pueden desarrollar su trabajo por la limitación de tiempo. Además de la cuestión del tiempo, el personal necesita un cuidado, los profesionales están muy quemados y ese es un problema grave al que el sistema tiene que dar una respuesta ya”- ahondó.
 
“Muchas veces el alumno llega bien al centro de atención primaria o bien al hospital y se encuentra con profesionales cansados, agotados, nerviosos, esa es la cruda realidad. No podemos disimularla”- reforzó Tomás Chivato.
 
Tecnología vs humanización
 
Respecto al recurrente debate sobre la influencia de las tecnologías en la relación médico-paciente y sus riesgos y beneficios, Carmen Gallardo apuntó que las nuevas tecnologías que han llegado y están por llegar son herramientas positivas. “La inteligencia artificial y la telemedicina nos van a ayudar, pero no debemos de perder el foco de que la relación médico-paciente es contacto y debemos de mantener la presencialidad siempre que se pueda”. En este punto, la Dra. Gallardo introdujo también el concepto de “empoderar al paciente” entiendo esto como que “el paciente pueda tomar decisiones en su salud, insisto, en su salud, no en su tratamiento médico. Ahí vamos a tener que desarrollar, crear una un abordaje diferente en el que tenemos que preparar a futuros médicos en ese abordaje”.
 
Pablo Lara cuestionó el mantenimiento de la relación médico-paciente a través de la vía telefónica. No obstante, avanzó que “es necesario reflexionar sobre las nuevas tecnologías porque también está cambiado nuestra manera de relacionarnos, por eso debemos de trabajar en este aspecto, aunque lo deseable sea la presencialidad”. Respecto a la IA y las nuevas tecnologías aseguró que “nos van a proporcionar mucha más información sobre nuestros pacientes, sobre sus parámetros vitales y su salud lo que va a facilitarnos prestarle una mejor atención en cualquier forma de comunicación. No podemos olvidar que la teleasistencia va a crecer y que debemos de afrontarlo ya”.
 
Tomás Chivato puso el acento en el envejecimiento de la población en nuestro país y la cronicidad. En este sentido explicó que “habrá que potenciar estas tecnologías, sobre todo en estas personas más mayores y con pluripatologías, para lo que se hace imprescindible una educación y fomento de las TICs que reduzca la brecha digital de este colectivo para que puedan incorporarse a estas nuevas funcionalidades. Aún así, es un tema en el que tenemos que irnos adaptándonos todos porque una consulta de revisión o una consulta de COVID se puede hacer por teléfono, pero un infarto de miocardio, una apendicitis aguda, o una pancreatitis no se puede atender por teléfono, tendremos que ir aprendiendo todos a ir combinando esta transición de la mejor manera posible”.
 
La importancia de los pacientes bien informados
 
Para Tomás Chivato, “desde Hipócrates llevamos 25 siglos con unos principios éticos inalterables, pero tenemos un principio nuevo que es el de autonomía del paciente, la autonomía es muy importante, pero no necesitamos una autonomía ignorante, necesitamos pacientes bien informados, pacientes colaboradores, pacientes que establezcan una alianza terapéutica y para eso yo creo que hay que establecer una alianza con las asociaciones de pacientes”.
 
Sobre estas entidades aseguró que “cuando están bien orientadas y cuando son realmente formadoras, al final nos vamos a mostrar un aliado fundamental que es el paciente, porque tenemos pacientes más informados, pero queremos que tengan información veraz, no nos vale el doctor Google ni planteamientos sin evidencia científica que lo único que consiguen en ocasiones es hacer daño a nuestra actividad profesional”.
 
En esta línea el Dr. Lara comentó que “los responsables políticos tienen la obligación de cuidar a los médicos, a los profesionales y nosotros tenemos la obligación de oír a nuestros pacientes. Unos pacientes que cada vez van a venir mejor informados y que nos van a plantear todo tipo de cuestiones sobre su diagnóstico y tratamiento y para ello es imprescindible establecer una correcta comunicación, una relación personal. Este es uno de los retos a los que tenemos que enfrentarnos, afrontar estos nuevos escenarios donde el paciente va a tener mucho mayor protagonismo y ser capaces de establecer unas reglas donde las nuevas tecnologías y la inteligencia artificial estén también más presentes. Quizá disponer de tanta información y de toda la historia digitalizada pueda facilitar también la relación médico paciente”.
 
Perspectiva de género en la relación médico-paciente
 
Tanto Carmen Gallado como Pablo Lara coincidieron en apuntar que existe una diferencia, un sesgo de género en todo lo relativo a la relación médico-paciente y que este factor debe de tenerse en cuenta en todo aquello que tenga que ver con la formación en este ámbito.
 
“Existe la diferencia, tanto si el paciente es hombre como mujer, como si el profesional sanitario es hombre o mujer, la hay, incluso en aspectos como el tiempo en la comunicación, hay bibliografía sobre ello” – apunto Carmen Gallardo.
 
Iniciativa del Foro de la Profesión Médica
 
El secretario general del Consejo General de Médicos, José María Rodríguez Vicente, que condujo el coloquio, resaltó al final del encuentro que tras los años anteriores marcados por una pandemia que ha llevado al límite a nuestro sistema sanitario y a sus profesionales, los responsables políticos “tienen la mejor prueba de la necesidad de consolidar y de apoyar al 100% la iniciativa del Foro de la Profesión Médica para que la relación médico-paciente sea considerada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Si después de haber vivido esta pandemia, y con 126 médicos fallecidos a causa de la misma, no se reconoce el compromiso de nuestros profesionales con sus pacientes, tendremos que reconocer que no existe ningún tipo de compromiso ni voluntad política por parte de la administración. Es ahora o nunca”.
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