Bajo el título «Regulación de la profesión médica, ¿una función compartida?», se celebró un encuentro en el marco de la XXIV edición de la Escuela de Salud Pública de Menorca. En la sesión se apuntó hacia las organizaciones profesionales, junto a la administración sanitaria y el poder legislativo para mantener la regulación de la profesión médica al servicio de la ciudadanía
Madrid, 24 de septiembre 2013 (medicosypacientes.com)
La regulación de la profesión médica es un tema de preocupación internacional tal como se puso de manifiesto durante un Encuentro bajo el título «Regulación de la profesión médica, ¿una función compartida», celebrado en el marco de la XXIV edición de la Escuela de Salud Pública de Menorca, entre los pasados 16 y 20 de septiembre en el Lazareto del puerto de Maó.
El encuentro, bajo los auspicios de la Fundación Educación Médica (FEM); la Sociedad Española de Educación Médica (SEDEM) y el Consejo General de Colegios de Médicos (CGCOM), contó con la participación del vicepresidente del CGCOM, el doctor Ricard Gutiérrez, junto al Prof. Jordi Palés, presidente de la SEDEM, y del Prof. Arcadi Gual, presidente de FEM y coordinador de esta sesión.
La organización de un encuentro de estas características sobre la regulación de la profesión médica ofreció, según sus organizadores, la posibilidad de pulsar el interés de la cuestión en un momento en el que la sociedad en general y los profesionales en particular están sufriendo una crisis multifactorial en la que sobresalen los problemas de financiación y el profundo cambio de valores sociales.
El CGCOM, a través de su vicepresidente, junto con la SEDEM y FEM constataron no sólo el gran interés que suscita dicho tema de la regulación sino la convergencia de opiniones entre el sector profesional, la administración y los expertos en educación médica.
Durante el encuentro se apuntó hacia las organizaciones profesionales, colegios y sociedades científicas como instrumentos imprescindibles junto a la administración sanitaria y el poder legislativo para mantener la regulación de la profesión médica al servicio de la ciudadanía.
La sesión permitió, además, poner en común diferentes propuestas que serán plasmadas en un documento cuyos autores no dudan en destacar su utilidad en beneficio de los profesionales médicos.
Es de destacar la argumentación que se utilizó para justificar tanto la necesidad de la regulación profesional de los médicos como el peligro que representa para los profesionales de la salud la falta de la misma. Según se incidió, al respecto, la relación médico-paciente se fundamenta en un acuerdo tácito entre ambos. Al hablar de acuerdo tácito se introduce la idea de contrato social. El contrato social, como teoría política, explica, entre otras cosas, el origen y propósito del Estado y de los derechos humanos. La formulación de Rousseau, la más conocida, es: para vivir en sociedad, los seres humanos acuerdan un contrato social implícito, que les otorga ciertos derechos a cambio de abandonar la libertad completa de la que dispondrían en estado de naturaleza. Siendo así, los derechos y deberes de los individuos constituyen las cláusulas del contrato social.
Trasladado a nuestro mundo, la medicina, la relación médico/paciente se sustenta, según lo expuesto, en un contrato que tiene dos actores, médicos y pacientes o si se prefiere profesión médica y ciudadanía. Quienes lo firman, si así lo desean, pueden cambiar los términos del contrato pero el contrato, la relación, se puede romper si una de las partes no cumple las clausulas del contrato. Establecer y controlar las clausulas del contrato, fundamentadas hoy en el Physician Charter, no es más que regular la profesión.
Espacio de encuentro y debate
El encuentro se celebró bajo el escenario de compromiso que representa La Escuela de Salud Pública de Menorca, concebida como un espacio de encuentro y debate crítico sobre los problemas y las consecuencias que tienen para la salud todas las políticas que se adopten.
A esta sesión de la XXIV edición de la Escuela de Salud Pública de Menorca sobre la regulación de la profesión médica se sumaron otros encuentros enfocados, algunos de ellos a mejorar la formación y la investigación en salud, incluyendo nueves técnicas para la evaluación de los procesos en salud pública a partir del análisis de páginas web y redes sociales, mientras que otros se centran en las enfermedades crónicas en cuanto a la evaluación de la atención que reciben o a la capacitación de las personas cuidadoras teniendo en cuenta aspectos como la discapacidad, el género, la autonomía y los cuidados.
El programa de cursos incluyó, además, un taller práctico para mejorar la predicción del riesgo cardiovascular; actividades para mejorar la formación de los propios formadores en salud comunitaria; estrategias de intervención en salud, cultura e intervención humanitaria o una nueva edición del curso sobre el nuevo programa europeo de financiación I D I, Horizon 2020.
Respecto a la mesa redonda central se dedicó este año al análisis de «ética, crisis y salud pública». Moderada por Andreu Segura, presidente de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS), contó con las intervenciones de Begoña Román, presidenta del Comité de Ética de los Servicios Sociales de Cataluña; Ángel Puyol, director del departamento de Filosofía de la Universitat Autonoma de Barcelona; Beatriz González, de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, e Ildefonso Hernández, de la Universidad Miguel Hernández
Destacaron también en estas jornadas otras actividades como un curso sobre la salud y la enfermedad vistos a través del cine del siglo XXI y otro sobre antropología de la salud por epidemiólogos impartido por Cristina Larrea y por el menorquín Jaume Mascaró Pons.
