Las cosas pequeñas conducen a grandes transformaciones. Esta frase del dramaturgo Paulo Coelho podría aplicarse al poder que administraciones modestas como los miles de consistorios de nuestro país pueden tener en la vida de los ciudadanos, en concreto en aquello relacionado con la salud y el bienestar
Las competencias y la gestión en materia de salud y sanidad que realizan los ayuntamientos de nuestro país son unas de las grandes desconocidas para la población general. Una gestión de vital importancia que Médicos y Pacientes ha querido conocer de la mano de Victoria Meléndez, responsable de la concejalía de Servicios Sociales y Salud Pública de uno de los municipios más grandes de España, Alcorcón.
A pesar de escuchar siempre en los medios de comunicación las medidas que se toman desde las consejerías autonómicas y el Ministerio de Sanidad, los ayuntamientos de nuestro país tienen muchas competencias asignadas en el ámbito de la salud pública, como pueden ser las inspecciones sanitarias, la atención a la drogodependencia y el fomento de la promoción y prevención de la salud, aspectos clave en la vida de los ciudadanos. Pero el trabajo de los municipios en materia de salud “es la más transversal de todas”, asegura Victoria Meléndez, quién coordina estas políticas para la localidad madrileña de 180 000 habitantes.
Los ayuntamientos pueden lograr incrementar la salud y el bienestar de las personas en el día a día porque conocen las necesidades de cada barrio, porque son quienes diseñan en gran medida la ciudad y el planteamiento de la ciudad influye indefectiblemente en la salud de cada individuo. Así lo pone de relieve esta experta en Salud Pública, que define la gestión municipal de la salud como “un trabajo silencioso pero que es la base de la salud y por tanto del bienestar, un concepto más amplio que la salud en sí y que resulta fundamental para la vida diaria. Una ciudad saludable es una ciudad que trabaja en todos los aspectos de salud, desde la actividad deportiva y cultural al empleo y la calidad del aire. Esa visión estratégica es a la que tenemos que aspirar”.
Las administraciones locales son las más cercanas al ciudadano. Entre sus competencias destacan todas aquellas relacionadas con la salubridad, es decir, desde el control de las aguas que se utilizan, condiciones de uso de las piscinas, legionelosis, control de plagas… una labor inspectora que se lleva a cabo desde estas administraciones y que realizan profesionales de salud pública como médicos y enfermeras, como es el caso de Alcorcón.
Prevención y promoción de la salud, la gran misión
El ámbito de la prevención y promoción de la salud es donde más recursos destina una consejería. En concreto, en el caso de este municipio madrileño, la Escuela Municipal de Salud y Consumo – según explica Meléndez – se dirige a toda la ciudad sectorizada por colectivos (mayores, crónicos, discapacidad) o por sectores de edad entre los más pequeños. Este trabajo se lleva a cabo a través de distintas iniciativas como talleres sobre hábitos saludables dirigidos a los adolescentes, algunos más específicos sobre trastornos de la conducta alimentaria o adicciones con o sin sustancia y talleres de consumo responsable, entre otros. En concreto, en Alcorcón, solo el año pasado, estas iniciativas alcanzaron a 8000 niños, 419 profesores y 280 familias solo en lo relacionado con prevención de adicciones.
El objetivo de estas acciones no es otro que llevar a cabo una labor pedagógica que promueva el autocuidado mental y físico entre la población para que se puedan prevenir complicaciones en salud y mejorar su nivel de bienestar. En este sentido, destaca el trabajo de muchas administraciones locales en ámbitos como el envejecimiento saludable en mayores o la cronicidad, una labor que se realiza en colaboración con primaria y el hospital de la localidad.
Para este trabajo es indispensable la colaboración. “Para llevar a cabo esta labor interdisciplinar nos sentamos la concejalía, primaria, hospital, salud pública y salud mental. La pandemia nos ha enseñado que tenemos que estar todos los dispositivos unidos para poder trabajar la salud. Acciones que, por supuesto, llevamos a cabo con las asociaciones de pacientes de la localidad, trabajar en coordinación con ellos tiene muchísimo valor para la ciudad” afirma Meléndez.
El presupuesto dedicado a la salud en los ayuntamientos es muy transversal
Una de las palabras que mejor define la acción de los ayuntamientos en materia de salud pública es “transversalidad”. A pesar de que estas concejalías suelen tener un peso relativamente pequeño en los presupuestos municipales, es indispensable mirar más allá de estas cifras y ver todas aquellas acciones y políticas que están relacionadas. Para ello, es obligado comprender que desde los consistorios se trabaja un “amplio concepto de salud y bienestar”.
“Desde la concejalía trabajamos la salud en todas las políticas y basamos todas las decisiones en evidencia científica, eso lo llevamos a rajatabla. Mi formación es sanitaria y nuestro director general es un médico, este es un eje fundamental de nuestra acción”, asegura la responsable alcorconera.
Victoria Meléndez apunta a la importancia de trabajar en este concepto de salud transversal porque “que haya más arboles es salud, crear rutas para poder caminar es salud, tener un carril bici es salud como también lo es que haya una arquitectura adecuada, sostenibilidad medioambiental, que se haga deporte o haya actividades culturales, todo esto es salud y bienestar. Puede parecer que el presupuesto de una concejalía de salud es pequeño, pero hay que sumar todas estas acciones encaminadas también a mejorar la salud pública y la dimensión es completamente diferente”, explica.
Otra faceta quizá desconocida de los consistorios son las acciones que se desarrollan en ámbitos como la movilidad, sostenibilidad, medio ambiente y cambio climático, comprendidos todos ellos dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, un compromiso para incluir la salud como eje transversal de todas las políticas municipales”.
La Atención Primaria, una preocupación compartida por los ayuntamientos
Para Victoria Meléndez, Doctora en Epidemiología y Salud Pública, la pandemia ha dejado en evidencia que la salud pública ha sido la “hermana pequeña” de la medicina y que, sin una potente atención primaria, que es la base del sistema, el sistema se rompe. En su opinión, en los últimos años se ha producido una deriva importante hacia el hospital centrismo que ha debilitado el primer nivel asistencial. “Tenemos un gran sistema sanitario, pero toca apostar por la atención primaria y la salud mental, y aquí es donde los ayuntamientos tenemos mucho que decir en la promoción y prevención de la salud. La atención sociosanitaria antes del hospital y después del hospital tiene una importancia estratégica. Vamos a necesitar un sistema de media y larga estancia y se hace imprescindible tener una red socio sanitaria más potente”.
Control de actividades pseudocientíficas y detección de necesidades
Otra de las funciones que desarrollan las administraciones locales es el control y autorización de las actividades formativas o divulgativas en salud promovidas por organizaciones externas, un terreno pantanoso cuando intervienen las técnicas alternativas a la medicina. En localidades como Alcorcón este tipo de actividades son siempre analizadas, valoradas y autorizadas por un equipo de profesionales que cuenta con médicos y enfermeras. Ellos son los responsables de emitir un informe para saber si tienen rigor profesional y si responden a necesidades de la población.
En este sentido, Victoria Meléndez afirma que “elegir los temas para la prevención y promoción de la salud es fundamental. A través de esta escuela hemos detectado problemas relacionados con las dietas milagros, trastornos de conducta alimentaria, adicciones sin sustancia, consumo responsable y, por supuesto, todo lo relacionado con las patologías mentales que nos han llevado a poner en marcha acciones específicas como talleres en los colegios para detectar ansiedad y depresión en menores.
