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La crisis no exime al médico de recuperar su compromiso y humanismo con el paciente

Armonizar la efectividad de la ciencia y la tecnología con el humanismo y la empatía. Este es el reto al que se enfrenta el médico del siglo XXI para superar una de las crisis más importantes que vive la profesión. Ésta una de las principales conclusiones de la mesa «El ejercicio de la Medicina: valores humanísticos, deontológicos, científicos y técnicos», celebrada durante la III Convención de la Profesión Médica

(Madrid, 4 de diciembre 2012 (medicosypacientes.com)

 

 

Armonizar la efectividad de la ciencia y la tecnología con el humanismo y la empatía. Este es el reto al que se enfrenta el médico del siglo XXI para superar una de las crisis más importantes que vive la profesión, el deterioro de la relación médico-enfermo, consecuencia de la deshumanización. Hay que recuperar la tradicional relación basada en el contacto físico, la cercanía, la mirada y la escucha. Y hay que hacerlo incluso en un contexto de crisis económica como el actual, en el que la vocación y el compromiso con el enfermo deben ser prioritarios.

Ésta una de las principales conclusiones de la mesa «El ejercicio de la Medicina: valores humanísticos, deontológicos, científicos y técnicos», celebrada durante la III Convención de la Profesión Médica. En ella intervinieron los doctores María Castellano Arroyo, vocal de la Comisión Central de Deontología y autora de la reflexión preliminar; Rosa María Fuster, presidenta del COM de Valencia, moderadora; Marcos Gómez Sancho, presidente de la Comisión Central de Deontología, como relator, y Ramón Garrido Palomo, presidente del COM de Ciudad Real, como discusor. Las preguntas corrieron a cargo de los doctores José Ramón Huerta, presidente del COM de Soria; Francisco José del Riego, presidente del COM de Palencia e Ismael Sánchez, presidente del COM de Teruel.

Ya en su introducción la doctora Fuster, dejó abierto el debate al asegurar que el tiempo que se ha perdido para la anamnesis y el diálogo con el enfermo, a raíz de cambios como la historia clínica informatizada, supuestamente en aras de mejorar la gestión, están demostrando no sólo un alejamiento médico-enfermo, sino también un aumento de los costes sanitarios, pues «si oyéramos e interpretáramos más, posiblemente no harían falta tantas pruebas complementarias».

Es lo que del doctor Gómez Sancho ha denominado la pérdida del humanismo médico, esencial en la recuperación del enfermo. Es cierto que el médico, señaló, tiene que tener el instrumental necesario, la capacitación suficiente y que la Medicina ha cambiado mucho, pero las necesidades básicas de los enfermos son las mismas. «Son personas indefensas, tienen miedo, ansiedad, angustia, miedo a la soledad, a morirse, a la dependencia. Esos valores por desgracia muchas veces no los tenemos en cuenta». En este sentido, Gómez Sancho pidió no olvidar que «la grandeza de nuestra profesión no radica en los medios que utilizamos, sino en su objeto: el ser humano, el hombre sufriente».

Como referencia para recuperar los auténticos valores de la Medicina y el médico humanistas, Gómez Sancho repasó el documento realizado en el seno de la OMC por un grupo de trabajo para determinar el grado de industria, comercio o política inherente a la Medicina, centrándose en el análisis de los valores de la Medicina en tres ámbitos: la asistencia sanitaria, la universidad y la investigación.

Respecto a la asistencia sanitaria, el presidente de la Comisión Central de Deontología señaló que el médico debe desarrollar actitud compasiva y de respeto hacia los enfermos. Autonomía no es abandono. El médico tiene que acompañar al enfermo en la toma de decisiones porque es quien tiene los conocimientos, apuntó Gómez Sancho. Otros valores a fomentar en este ámbito deben ser, según este experto, la indicación de las prescripciones y exploraciones necesarias, la formación continuada, el trabajo en equipo, la libertad de prescripción y el compromiso social del médico.

En cuanto a los valores en la universidad, Gómez Sancho destacó que hay que potenciar una formación centrada en la dimensión social y humana del paciente, pues la actual superespecialización «conduce a la fragmentación conceptual del paciente y deshumaniza la atención». Asimismo, añadió, desde el ámbito docente se debe responder a realidades como el incremento de enfermedades crónicas; la promoción de la salud; el respeto a los valores y derechos del paciente; el trabajo interdisciplinar y en equipo; la formación en recursos, costes, y eficiencia; recuperar a la familia en el proceso de tratamiento y potenciar la coordinación entre aspectos sanitarios y sociales.

Desde la universidad además hay que «potenciar las cualidades de un buen médico: cortesía, calidez y compasión. Ciencia y caridad no son aspectos excluyentes. Una Medicina sin ciencia es un fraude, pero una Medicina sin caridad es inhumana», destacó Gómez Sancho.

En el tercero de los ámbitos, el de la investigación, destacó que el modelo actual debe evolucionar hacia otro que tenga cada vez más en cuenta los aspectos sociales y psicológicos del paciente.

Estos cambios han de fraguarse en un entorno económico poco propicio como el actual, pero Gómez Sancho fue tajante al afirmar que «el enfermo no tiene en absoluto la culpa de esta crisis tan tremenda que han generado los políticos y los banqueros». En este sentido, y desde el punto de vista de «nuestra vocación de médicos, cada vez que estemos ante un enfermo tenemos que olvidarnos de la crisis».

Más contacto,
menos tecnología

En la misma línea se manifestó el discursor de la mesa, el doctor Ramón Garrido, presidente del COM de Ciudad Real, quien tras hacer un recorrido por los cambios experimentados en la Medicina hasta llegar a la tecnología actual, planteó el siguiente reto. «Tenemos muchísima tecnología, una tecnología impresionante, una tecnología que a veces no tiene la indicación, pero la utilizamos. Debemos saber hacerlo con mucha cautela, pues a veces la mejor tecnología es el contacto directo, el fonendoscopio con el que habitualmente hacemos la primera exploración».

El importante papel que deben tener las humanidades para alcanzar el reto del médico del siglo XXI planteado a lo largo de toda la mesa, se resumió en contestación a la pregunta formulada por el doctor José Ramón Huerta, presidente del COM de Soria. Tanto Marcos Gómez como Ramón Garrido destacaron que la cultura y la formación humanística del médico son imprescindibles para la atención al enfermo. «No pueden ser un lujo en el médico de hoy. Éste tiene que saber compaginar la tecnología más moderna y el tiempo necesario, con una formación humanística», apuntó Gómez Sancho.

La respuesta a la pregunta planteada por el presidente del Colegio de Palencia, Francisco José del Riego, puso de manifiesto que desde la OMC y los Colegios de Médicos se debe liderar y estructurar un sistema de formación e información para usuarios y ciudadanos en temas sanitarios. La tercera pregunta, a cargo de Ismael Sánchez, presidente del COM de Teruel, se centró en el derecho a la objeción de ciencia del médico frente a la autonomía del paciente.

Por último, la doctora María Castellano, autora de la reflexión preliminar de la mesa, llamó la atención sobre los tres principios (las tres C) que deben imperar en el ejercicio del médico: conocimiento, conciencian y compromiso.

Al igual que en el resto de mesas, antes de finalizar los asistentes votaron las preguntas preseleccionadas por el comité científico. Por mayoría los presentes se mostraron totalmente de acuerdo o de acuerdo con estos cinco aspectos:

-El médico debe participar en un proceso educativo social sobre el deber de apreciar y hacer un buen uso de los recursos comunes para la salud

-El médico debe defender una asistencia igual para todos los ciudadanos residentes en nuestro país

-Ante la actual situación económica y financiera el médico debe comprometerse y participar con todas las administraciones en la compleja tarea de designar hasta dónde, cómo y a quiénes deben llegar los recursos sanitarios

-Es ético exigir que dentro de la jornada laboral se dedique el tiempo necesario para que el médico cumpla su obligación deontológica de mantener la excelencia profesional a través de la formación continuada.

-En la actual situación de crisis financiera el médico sigue anteponiendo el principio deontológico de que el interés del enfermo está por delante de cualquier otro interés o conveniencia.

 

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