jueves, abril 25, 2024

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Javier Nadal, AEF: “Las fundaciones son imprescindibles para el Estado del Bienestar, dedican más de 8000 millones de euros anuales a los más vulnerables”

Con el objetivo de resaltar el papel del sector fundacional en la sociedad, Médicos y Pacientes entrevista para el suplemento de este sábado a Javier Nadal, presidente de la Asociación Española de Fundaciones (AEF). Para el presidente “las fundaciones son imprescindibles porque son la pieza que cierra el puzzle del Estado del Bienestar”. De hecho, “dedican más de 8000 millones anuales a un sinfín de tareas orientadas al bien común: a mejorar la situación de los más vulnerables”

La Fundación para la Protección Social de la Organización Médica Colegial (FPSOMC) es miembro de la Asociación Española de Fundaciones (AEF). “La FPSOMC es un ejemplo de cómo una fundación puede ser una pata más de la sociedad del bienestar. Su labor no sólo repara necesidades, sino que tiene un valor social indiscutible”, asegura Javier Nadal, presidente de la AEF para este medio.

¿Cuál es el papel del sector fundacional en la sociedad?

El sector fundacional está formado por un tejido rico, diverso y plural de organizaciones que se dedican a atender los más diversos fines de interés general. Las fundaciones son una formidable red de solidaridad que dedica más de 8000 millones anuales a un sinfín de tareas orientadas al bien común: a mejorar la situación de los más vulnerables y de las personas mayores, tan golpeados por la pandemia; a la investigación, a la cultura y a la educación de los colectivos más diversos; a alcanzar la plena integración de las personas con discapacidad; a la salud; a reducir la brecha social y digital; a facilitar el acceso a estudios de postgrado en las universidades más prestigiosas del mundo; a fomentar la innovación; a la cooperación internacional, al medioambiente y al desarrollo sostenible.

Las fundaciones no sólo aportan valor social y económico, sino que son uno de los vehículos más idóneos de la filantropía porque canalizan los recursos de donantes, pequeños o grandes, del mecenazgo de particulares y de empresas hacia los fines de interés general. Por eso, en la AEF nos gusta decir eso de que “donde hay una necesidad hay una fundación”.

Las fundaciones son importantes porque son la pieza esencial de la sociedad del Bienestar. Y pongo un ejemplo: el sistema de salud en España es grande y complejo. En ocasiones, surge una enfermedad rara que el sistema no tiene catalogada y a la que, por tanto, no se le dedican recursos suficientes. Es habitual que surja una fundación con personas afectadas que luchan por la investigación de esa enfermedad, algo de lo que se beneficia toda la sociedad porque nadie está libre de enfermar y el propio sistema público de salud.

Y, por último, resulta fundamental el papel que las fundaciones tienen en la creación de sociedad civil, es decir, en la creación de compromiso por parte de la ciudadanía para resolver los problemas de los demás.

¿Por qué es tan importante la existencia de la AEF?

La AEF lleva más de 40 años trabajando de forma incansable para poder fortalecer el tejido fundacional del que hablamos, que moviliza a casi medio millón de personas entre trabajadores, voluntarios y patronos y beneficia a 43 millones. Existe un derecho constitucional de fundación para fines de interés general, por lo que también trabajamos en promoverlo y hacer que llegue allá donde se necesite. La pandemia ha desvelado nuevas necesidades, pero también ha conseguido constatar que tenemos un sector activo, vivo, que responde a demandas nuevas y reclama trabajar en equipo para conseguir afrontar nuevos retos y situaciones complicadas.

Tenemos también que conseguir una recuperación sostenible a todos los niveles, que englobe proyectos realistas y con objetivos concretos.

¿Cuáles son los actuales retos y desafíos de este sector y la AEF?

Para la AEF, es fundamental mantener la pluralidad actual, representando a muy variadas fundaciones de diversas dimensiones. También mantener y reforzar las redes con las organizaciones del Tercer Sector. Poner al sector en el centro de la inversión social y de impacto es también importante.

Como organización representativa no podemos dejar de mencionar la interlocución con los poderes públicos. Las fundaciones necesitan urgentemente un modelo de supervisión moderno, que las haga crecer, un modelo ágil al tiempo que transparente. Por eso, la reforma del modelo de Protectorado, la agilización de los trámites y la reducción de la burocracia es también una de nuestras prioridades.

 Por último, estamos preocupados por la forma en la que finalmente se apliquen los fondos europeos de recuperación. Creemos que el sector ya está realizando proyectos muy aterrizados alineados con los objetivos europeos, pero tenemos que asegurar que esa financiación llegue al Tercer Sector, para que llegue a las personas, que la recuperación sea justa y que cumplamos las expectativas generadas en Europa.

¿A cuántas entidades agrupa la AEF?

La Asociación Española de Fundaciones (AEF) agrupa a 878 fundaciones españolas de diversas dimensiones, finalidades y ámbitos de actuación. Es la entidad más representativa del sector fundacional en España y la segunda más importante de Europa. La AEF representa y defiende a la totalidad del sector, a sus asociados y a quienes no lo son. Los avances que se logran repercuten en todo el sector.

Se estima que en España existen alrededor de 9000 fundaciones con actividad regular. Sin embargo, no se puede conocer con exactitud el número total de fundaciones activas dentro del territorio español, pese a que hay registros de fundaciones estatales y autonómicos. Precisamente, conocer este dato esta es una de las reclamaciones que llevamos haciendo desde la Asociación Española de Fundaciones, ya que uno de nuestros valores es la transparencia. 

Hemos dedicado mucho esfuerzo a crear la única base de datos unificada sobre todas las fundaciones españolas que existe.

¿Cuáles son sus objetivos y líneas estratégicas generales?

Los objetivos de la AEF son representar y defender los intereses de las fundaciones españolas, fortalecer y articular el sector y mejorar la profesionalización y la gestión de las fundaciones contribuyendo a su transparencia y buen gobierno.

Nuestra misión es trabajar en beneficio del sector fundacional, a favor de su desarrollo y fortalecimiento para contribuir a crear una sociedad más justa y comprometida con el bien común mediante la mejora y fortalecimiento del sector fundacional español como principal activo para resolver con prontitud y eficacia las necesidades de nuestro país, especialmente de los colectivos más vulnerables.

Y los valores que nos sirven de guía son la transparencia, el buen gobierno, la colaboración, la innovación y la sostenibilidad

¿Y sus mayores reivindicaciones

Hemos mencionado los principales retos del sector y de la AEF. Añadiría a lo anterior que una de nuestras mayores reivindicaciones u objetivos es que se visibilice la contribución de las fundaciones al bien común. Las fundaciones deben tener una valoración acorde al papel que desempeñan en la sociedad, algo que no siempre ocurre. A veces decimos que existen demasiados mitos alrededor de las fundaciones, no siempre positivos y que no se corresponden con la realidad del sector.

¿Qué grupos de trabajo y secciones tiene la AEF?

Espero no dejarme ninguno porque son muchos. Además de actuar en los territorios a través de los llamados consejos autonómicos que nos permiten estar más cerca de la realidad del sector de cada Comunidad Autónoma y reforzar la interlocución con las instituciones de cada lugar, tenemos grupos sectoriales. Entre ellos, el grupo de fundaciones de inclusión, fundaciones de salud, investigación y bienestar, fundaciones culturales, y el grupo de fundaciones educativas. Además hay otros grupos con temáticas transversales como el fundaciones y empleabilidad o el de fundaciones y transformación digital. También hay grupo por tipología de fundaciones como el grupo de fundaciones universitarias, de fundaciones corporativas, de fundaciones públicas o de fundaciones donantes.

¿Qué diferencia hay entre una Fundación y una Asociación?

Las fundaciones son organizaciones que creadas y orientadas a una misma misión: el interés general. Son organizaciones que nacen de un impulso de generosidad de alguien que las funda y que sólo se puede destinar a fines de interés general y que, además, los destinatarios de esa acción tienen que ser destinatarios de beneficiarios genéricos. No puede ser el propio fundador ni su familia ni nadie de su entorno: debe descansar sobre el interés general. Alguien pone un patrimonio y dice: «Este patrimonio es para tal fin». A partir de ese momento esa organización, esa fundación, sólo puede trabajar por cumplir por ese fin que el fundador ha elegido. 

Además, si una fundación dejara de existir, ese patrimonio no puede volver al fundador porque está destinado a un fin concreto. En este caso, ese patrimonio tendría que gestionarlo el Protectorado y conseguir que se utilice para el fin que quería el fundador.

Por otro lado, una asociación es un organización gobernada por una asamblea formada por todos los miembros de la asociación y que tiene la libertad de cambiar el objetivo. Puede haber nacido como una organización para resolver un problema de interés general pero en su andadura puede decidir cambiar el objetivo.

¿Qué es el mecenazgo?

Si nos vamos a la definición de la RAE, el mecenazgo se refiere a la “protección o ayuda dispensadas a una actividad cultural, artística o científica”. Hoy en día, esa definición es más amplia porque la ayuda se puede otorgar a más campos que los tres mencionados. Lo bonito del mecenazgo es que cualquiera puede ser mecenas. No es necesario tener un gran patrimonio. Un mecenas es también aquella persona que aporta diez euros mensuales a una fundación.

¿Cómo ha ayudado la AEF a paliar los efectos de las crisis y pandemia?

La AEF es una organización representativa y, como tal, la mejor manera que tiene de contribuir a paliar los efectos de cualquier crisis es seguir trabajando cada día para fortalecer y articular el sector fundacional y para representar y defender los intereses de las fundaciones españolas.

En el caso de la pandemia, la AEF puso en marcha una cadena de solidaridad para acercar las propuestas de ayuda del sector fundacional a los colectivos más necesitados en la que colaboraron unas 150 fundaciones con unas 300 iniciativas. Esta cadena de solidaridad fue un punto de encuentro que permitió conectar a personas, entidades donantes y entidades con necesidades. Por ejemplo, la AEF y la empresa Indra articularon el proyecto colaborativo más potente en la lucha contra la brecha digital educativa durante la pandemia que consistió en que 28 fundaciones distribuyeron 5023 tabletas, donadas por Indra, a niños y jóvenes que estaban viendo mermado su derecho a la educación. Además, Indra entregó a Cruz Roja otras 2313 tabletas, con lo que los dispositivos donados ascendieron a 7336. Las 28 fundaciones que participaron en este programa venían trabajando de forma presencial con los beneficiarios, tanto en actividades extraescolares como de forma más amplia ante situaciones de vulnerabilidad social. Muchos de estos beneficiarios no tenían ningún contacto con sus centros educativos desde el cierre por la pandemia. El conocimiento del terreno de las entidades participantes fue clave en toda la acción solidaria, pues permitió que el proyecto se configurara de abajo a arriba (de las necesidades en las familias a las fundaciones que pueden ayudarlas) y lo dotó de una gran capilaridad.

Además, la AEF ha estado durante todo el tiempo de la pandemia ayudando a las fundaciones a ir entendiendo y adoptando toda la normativa Covid que se fue aprobando.

¿Cuál cree que será el papel que las fundaciones van a tener en el desarrollo del Plan de Recuperación para Europa?

Las fundaciones pueden aportar en muchas de las palancas de nuestro plan de recuperación con proyectos realistas, pegados al terreno y con un gran impacto social: agenda urbana y rural; lucha contra la despoblación y desarrollo de la agricultura; transición energética justa e inclusiva; infraestructuras y ecosistemas resilientes; pacto por la ciencia y la innovación; educación y conocimiento y desarrollo de capacidades e impulso de la industria de la cultura y del deporte. Incluso algunas de las propuestas que está haciendo la AEF que hemos comentado sobre la revisión del modelo de supervisión en pro de la transparencia encajan dentro de la palanca del plan de recuperación que se refiere a la administración del siglo XXI.

Por ello, como decía al principio, nos preocupa que los fondos lleguen, en efecto, al sector fundacional y al Tercer Sector en general.

¿Considera la sociedad española solidaria?

Sin duda. Creo que se ha demostrado durante los peores de la pandemia y ahora con la crisis de Ucrania. Lo que nos falta quizá es una mayor estructuración de la solidaridad que tiene que ver con la consolidación de propio Tercer Sector y la creación de alianzas entre las organizaciones y de estas con las instituciones públicas y las empresas. Eso debería repercutir precisamente en que el mecenazgo y la filantropía, entendidos en un sentido muy amplio, como he dicho, se valore más.

¿Las fundaciones complementan al sistema público o sustituyen?

Las fundaciones son imprescindibles porque son la pieza que cierra el puzzle del Estado del Bienestar. Las fundaciones no compiten con la Administración por resolver problemas, pero sí es un complemento ideal de cooperación público-privada.

¿Qué más se puede hacer para revalorizar este sector?

Desde el propio sector tenemos que hacer más por acercarnos a la sociedad. Por ejemplo, para nosotros el Foro Demos, nuestro encuentro anual debe ser un encuentro del sector pero en el que conectemos con nuestros grupo de interés y con la sociedad en general, en particular con la gente joven.

Y desde la administración tienen que contribuir a eliminar esos mitos de los que hablábamos. Tienen que tener más confianza. Los medios también una importante labor como en muchos otros ámbitos.

¿Qué le parece la labor desarrollada por la Fundación para la Protección Social de la Organización Médica Colegial (FPSOMC) para atender y cubrir las necesidades de los médicos y sus familias en momentos difíciles?

La FPSOMC es un ejemplo de cómo una fundación puede ser una pata más de la sociedad del bienestar. Su labor no sólo repara necesidades sino que contribuye a crear unos vínculos que aunque no sean fácilmente valorables desde el punto de vista económico tiene un valor social indiscutible. La gente necesita sentirse amparada y ahí fundaciones como la FPSOMC hacen un papel esencial.

¿Qué pasaría si no existieran las Fundaciones?

Me gustaría darle algunas cifras para responder a esa pregunta. El volumen económico aproximado de las fundaciones es de 8000 millones de euros. Tiene 267 000 trabajadores censados, pero moviliza a casi medio millón de personas. A esos casi 27 000 trabajadores, hay que sumarle unos 130 000 voluntarios y alrededor de 80 000 patronos. Y lo más importante de todo: las fundaciones realizan aproximadamente 43 millones de acciones al año, con lo cual me atrevería a decir que no hay una sola persona en España que no se beneficie directa o indirectamente del trabajo de alguna fundación.

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