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Frente común al problema del alcohol en menores

Entidades representantes de padres y madres, del sector educativo, y de prevención e intervención de consumo de drogas han decidido poner en marcha un frente común frente al abordaje del alcohol en menores, tal como se puso de manifiesto en la jornada "Movilización Alcohol y Menores", celebrada ayer en CaixaForum de Madrid

 

Entidades representantes de padres y madres (CEAPA y CONCAPA), del sector educativo formal (Mejora tu Escuela Pública, Escuelas Católicas y FEDADI) y de prevención e intervención de consumos de drogas (FAD, Socidrogalcohol y UNAD) presentaron ayer un manifiesto común con el objetivo de trazar un plan de acción y frente común que aborde esta problemática desde la sociedad civil y desde los ámbitos de actuación que pueden cumplir un papel más relevante.

 
La acción «Movilización Alcohol y Menores» nació en enero de 2017, y desde entonces las diferentes entidades implicadas han trabajado con el objetivo de alcanzar acuerdos y crear posturas comunes respecto a la prevención del consumo de alcohol en menores.
 
«Las familias hemos fallado en algo y tenemos que poner todo lo que tenemos a nuestro alcance para evitar que este problema siga aumentando. Necesitamos información y formación veraz para poder transmitir a nuestros hijos», señaló la presidenta de CEAPA, Leticia Cardenal, al tiempo que destacó que no conocen «todo» ni saben «de todo» y que a los niños hay que decirles «las consecuencias que tiene el consumo abusivo de alcohol». En este sentido, subrayó que «cada colectivo» tiene que poner su «granito de arena» y pidió que en verano se habiliten zonas y se hagan talleres, para que los adolescentes «puedan estar ocupando su tiempo sin tener la necesidad de estar bebiendo».
 
Para luchar contra este problema, el director general de la FAD, Ignacio Calderón ha ofrecido a la Administración la colaboración de la sociedad civil para «ponerle encima de la mesa» lo que creen que «debería ser eficaz» hacer. «Es una propuesta que hemos hecho a las administraciones porque había un consumo de alcohol en menores absolutamente bárbaro», ha precisado.
 
Manifiesto
 
El manifiesto común de las instituciones de la sociedad civil participantes, señala que el alcohol es un «fenómeno cultural problemático y complejo», «especialmente» en adolescentes, y que es un problema de «todas las personas partícipes».
 
Además, indica que este problema crea una «conducta problemática», sobre la que hay que realizar una intervención «preventiva, educativa y de proximidad»; que las conductas «desajustadas» de los adolescentes se «correlacionan» con los hábitos de la población adulta, con el espacio y el papel que la sociedad adulta les otorga; y que las medidas legales y de control son «necesarias pero insuficientes», ya que «fiarlo todo» a la norma y al control es «más una maniobra tranquilizadora que efectiva».
 
Por ello, la sociedad civil pide una intervención «multidimensional», que aborde el problema «en toda su extensión», teniendo en cuenta los valores que se transmiten, enseñan y ejemplifican; una responsabilidad de «toda» la sociedad, incluyendo las administraciones públicas, familias, escuelas o medios de comunicación; y contar con la «diversidad de situaciones» en la población adolescente, contando con la «variedad de contextos» en los que se desenvuelven.
 
A través de este manifiesto, las entidades se comprometen a desvelar la complejidad de las razones para poder abordar mejor los riesgos; ayudar a las familias a cumplir mejor su tarea con sus hijos e hijas; mejorar los recursos educativos del personal docente; apoyar el desarrollo de una sociedad y una ciudadanía más libre, más comprometida y solidaria; y a contribuir a la movilización de voluntades en un proyecto común, involucrando a la población menor como sujeto activo.
 
Datos sobre alcohol y menores
 
El alcohol es la droga más consumida entre adolescentes y jóvenes en España. Es también la droga que más daños personales, familiares, económicos y sociales causa, según estas organizaciones.
 
Según datos obtenidos en encuestas y estudios realizados, recientemente, se observa que el 68,2% de los y las menores de entre 14 y 18 años ha consumido alcohol en los últimos 30 días (según los datos de la encuesta ESTUDES publicada por el Plan Nacional Sobre Drogas relativa a los años 2014-2015, la última realizada), o que alrededor de un 30% ha realizado un consumo de riesgo – borrachera- en los últimos 30 días, o que en el último año se han iniciado en el consumo de esta sustancia más mujeres jóvenes que hombres.
 
La edad de inicio en el consumo de alcohol por parte de los jóvenes es a los 13,8 años y el llamado “consumo compulsivo” ha aumentado del 14% al 37% entre los jóvenes de 14 a los 16 años, convirtiéndose las fiestas etílicas en algo “normal”, cuando todos los estudios científicos señalan que el desarrollo completo del cerebro humano no se alcanza hasta los 20 años, es decir, hablamos de una edad en la que los excesos repercuten muy negativamente en el posterior desarrollo físico, psicológico y mental.
 
Medidas propuestas
 
Entre las medidas que proponen poner en marcha para facilitar el trabajo preventivo delas familias, destacan: 
 
Potenciar las Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (AMPAS) como primer agente formativo de las familias, garantizando su financiación por medio de subvenciones dedicadas a programas preventivos sobre consumo de alcohol y de sustancias adictivas en menores.
Colaboración de las administraciones públicas con las AMPAS en el desarrollo de programas alternativos de ocio responsable que puedan ofrecerse en los centros educativos a nuestros jóvenes y que permitan tener alternativas a la bebida una vez terminada la jornada escolar y sobre todo los fines de semana.
Representatividad de las familias en todas las estructuras de las administraciones públicas en las que se hable, dialogue o se trabaje sobre el consumo de alcohol en menores que sean favorecidas por entidades municipales, provinciales, autonómicas y estatales.
Trabajos en favor de la comunidad para los jóvenes reincidentes, incluyéndolos en programas específicos que ayuden a personas que de una u otra manera hayan sido perjudicadas o victimas de esas conductas negligentes de los que beben sin control, como resultado de los accidentes de tráfico, y con la colaboración en ciertos casos de los tutores-padres del menor.
 Además, realizan una serie de recomendaciones para Administraciones Públicas, sociedad general y medios de comunicación: 
Subir los precios de las bebidas alcohólicas, para evitar el acceso tan fácil de nuestros jóvenes al mismo.
Control exhaustivo de los locales que vendan o puedan vender bebidas alcohólicas a menores.
Sanciones económicas a los locales que vendan bebidas alcohólicasa menores y clausura de los mismos, si fuese necesario, ante la continua reincidencia.
Reinversión de esas sanciones económicas, por parte de las administraciones públicas, sean municipales, provinciales, autonómicas o estatales en programas de ocio alternativo, mejora de instalaciones deportivas, acondicionamiento de locales para ocio juvenil (música, arte, tecnología, etc.).
Legislar sobre la publicidad y los patrocinios de las empresas de bebidas alcohólicas, para que puedan cambiar los mensajes que trasmiten a nuestros menores, casi siempre desafiantes y sugerentes.
Legislar y controlar el no beber en la vía pública, con sanción a las personas que lo hagan y a los ayuntamientos que no cumplan con la normativa.
Promover una verdadera Ley del alcohol estatal de obligado cumplimiento por todas las administraciones locales y municipales, generando una misma normativa para todos, con protocolos de actuación homologados.
Apoyo a las organizaciones y ONGs que trabajen en la prevención y actuación sobre los colectivos más vulnerables, tanto públicas como privadas.
Mensajes claros y precisos sobre tolerancia cero en el consumo de alcohol en menores que puedan emitirse por televisión, radio, internet, etc., y las posibles consecuencias si se incumplen dichas recomendaciones.
Trabajar con servicios sociales y policía local en los sitios de encuentro de ocio de nuestros jóvenes donde se consume alcohol y otras sustancias adictivas.
Concienciar a la sociedad del gasto que supone a las administraciones públicas la limpieza de los lugares de concentración de jóvenes para beber (botellón), los problemas sanitarios y coste de los mismos por atención a las personas ebrias y con comas etílicos, etc.
 
 
 
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