España es el quinto país con menor tasa global de fecundidad de la UE, con 1,4 nacimientos por cada 1.000 mujeres, solo por detrás de Portugal, con 1,2, y Grecia, Chipre y Polonia, con 1,3, y con el mismo porcentaje que Croacia y Hungría. La edad media de procreación para el periodo 2015-2020 se ha establecido en los 31,9 años, la más alta de toda la Unión
Así se refleja en el Informe del Estado de la Población Mundial 2018 del Fondo de Población de Naciones Unidas (Unfpa), hecho público este miércoles y según el cual en el extremo opuesto en cuanto a tasa global de fecundidad se sitúan Francia e Irlanda, con una tasa de 2,0 nacimientos por cada 1.000 féminas; Suecia, con 1,9 nacimientos por cada millar de mujeres; Bélgica, Dinamarca, Finlandia y Países Bajos, con una media de 1,8 nacimientos por cada 1.000 mujeres, y Estonia y Lituania, donde este valor se sitúa en el 1,7.
El estudio está centrado en los derechos reproductivos y la transición demográfica y pone de manifiesto que la fecundidad en España se mantiene por debajo del nivel de reemplazo, que está establecido en 2,1 nacimientos por mujer.
De su análisis se colige también que la tasa media de crecimiento anual de la población en España fue del -0,1 entre 2010 y 2018, estableciéndose la población mayor de 65 años en un 20% a lo largo de este año, mientras que la menor de 14 años representó un 15% del total.
En cuanto al seguimiento de los objetivos de la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo (Cipd), del informe se extrae que la tasa de fecundidad adolescente por cada 1.000 chicas de entre 15 y 19 años se situó en el 8% entre 2006 y 2015, mientras que el uso de anticonceptivos entre mujeres de entre 15 y 49 años alcanzó el 69%.
Por lo que respecta a la necesidad insatisfecha de planificación familiar en mujeres de entre 15 y 49 años, rozó el 11% en 2018.
Derechos reproductivos
Al igual que ocurre en España, a juicio de los investigadores “ningún país puede afirmar haber hecho realidad el ejercicio de los derechos reproductivos de todas las personas”. “La falta de opciones afecta a demasiadas mujeres”, agregaron, para, a continuación, aseverar que aún hay “millones de personas que tienen más o menos hijos de los que desean”.
Esta situación, a su entender, “encierra consecuencias que alcanzan a las comunidades, las instituciones, las economías, los mercados de trabajo y hasta a naciones enteras”. “La persistencia de la desigualdad de género niega a las mujeres el poder de tomar decisiones fundamentales sobre su vida”, defendieron.
