El baremo de daños específico es una demanda histórica del sector que respondería a la necesidad para determinar cuál debe ser la restitución del daño derivado de un acto sanitario concreto. Se trata de una medida en la que se ha trabajado en numerosas ocasiones, pero que finalmente ha quedado reducida a una disposición adicional en el baremo de tráfico que deja la puerta abierta a una futura regulación
La puesta en marcha del baremo de daños sanitarios se convierte en un reto para el futuro gobierno que deparen los comicios. Se trata de una propuesta que el Partido Popular, pese a que tuvo oportunidad de materializarla con anterioridad y no lo hizo, ha incluido como promesa electoral en su programa de cara a las elecciones del 26-J.
La Organización Médica Colegial (OMC) se ha mostrado a favor de una iniciativa que garantizaría la seguridad jurídica y establecería criterios de igualdad basados en aspectos técnicos y científicos, a partir de unas escalas pensadas para cada patología, que recogerían una puntuación en función de la gravedad y las secuelas.
Su presidente, Dr. Juan José Rodríguez, ha participado en siete proyectos de este baremo en los últimos 20 años y siempre ha recalcado la necesidad «imprescindible» de establecerlo cuanto antes porque «no tenemos medidas reales» para paliar una situación que lleva a los profesionales al ejercicio de una «medicina defensiva».
Los jueces tienen libertad a la hora de fijar las indemnizaciones derivadas de un acto sanitario, basándose en los principios de reparación integral y de no enriquecimiento injusto. Sin embargo, la realidad demuestra que existen grandes diferencias en las cantidades indemnizatorias para lesiones o secuelas parecidas, incluso de los mismos tribunales. Por este motivo, los médicos demandan un baremo específico al que ajustarse, para que haya una unificación de criterios y que el montante económico no quede a la interpretación de cada juez.
El baremo de daños para accidentes de tráfico es el que se ha empleado por abogados, peritos valoradores del daño corporal, así como por los médicos forenses, aunque nunca ha terminado de ser la solución por su carácter no vinculante y porque muchas de las lesiones que suceden en los siniestros automovilísticos no se pueden comparar en el ámbito sanitario.
Aunque podría resultar suficiente cuando se trata de lesiones traumáticas, lo cierto es que no resulta extrapolable a otras complicaciones médicas en las que es difícil aplicar esa tabla para las consecuencias derivadas de un tratamiento. En un contexto en el que los profesionales se exponen a demandas por parte de los pacientes y con el miedo a las indemnizaciones, algo que para el presidente de la OMC «incrementa las prácticas innecesarias con el consiguiente aumento de gastos sanitarios que inciden en la sostenibilidad del sistema”.
Por tanto, el baremo de daños específico ayudaría a determinar la restitución del daño en un caso concreto. Es decir, en una medida que aportaría seguridad jurídica por medio de criterios de igualdad con base técnica y científica. Entre los beneficios que supondría también destaca especialmente el descenso de la litigiosidad y una mayor agilidad en la solución de los problemas indemnizatorios.
El Dr. Rodríguez Sendín tiene claro que “el que decida sacar el baremo sanitario adelante hará un gran favor a los pacientes y al propio sistema sanitario público; entre otras razones, porque se pondrá fin a la medicina defensiva y porque se indemnizará tranquilamente a los pacientes por errores que se cometen con ellos, como sucede en tráfico”.
