Con motivo del Día internacional de la mujer, el CGCOM ha organizado para este jueves, 4 de marzo, la jornada Avanzando hacia el liderazgo femenino en la profesión médica en la que participará la Dra. Anna Casanovas, decana de la Facultat de Medicina de la Universitat de Lleida, quien les dice a sus estudiantes "que luchen por lo que quieran conseguir y, sobre todo, que sean valientes y si detectan cualquier tipo de abuso de autoridad -bien sea pues sexual o moral- que lo denuncien, porque a veces sucede"
La Dra. Casanovas Llorens aborda en esta entrevista para Médicos y Pacientes la situación de la mujer en el mundo universitario, así como la necesidad de pasar a la acción y aplicar las normas jurídicas ya vigentes.
¿Cuáles diría que son los principales objetivos por alcanzar en términos de igualdad de género? ¿Y en el campo profesional de la Medicina, concretamente?
Se trata de una terminología universal, son conceptos muy establecidos y aceptados, que serían: erradicar cualquier forma de discriminación contra todas las mujeres -violencia, explotación sexual, garantizar el acceso a la salud reproductiva y sexual, …- y, sobre todo, poseer también los mismos derechos que los hombres en cuanto a recursos económicos.
Ha habido un proceso de feminización dentro de las profesionales de la Medicina, con un aumento exponencial muy claro desde el año 1985, en el que había aproximadamente un 25% de mujeres egresadas, al 2005, con un 47%, y en la actualidad que es más de un 70%. Sin embargo, este incremento no es proporcional al número de cargos de gestión y de dirección en hospitales, que están ocupados actualmente mayormente por hombres.
En la actualidad, en España tenemos prácticamente el mismo número de médicas y de médicos, sin embargo, no ocurre lo mismo con los puestos de dirección o gerencia, ¿cuáles crees que son las principales razones por las que las mujeres no ocupan más cargos de responsabilidad?
Creo que las razones son esencialmente debidas a diferencias biológicas y psicológicas, yo descartaría las diferencias culturales. Las diferencias biológicas que podrían ser pues el deseo de ser madre, y las psicológicas yo estoy convencida de que las mujeres en general somos menos ambiciosas que los hombres; pero también creo que no se ha de descartar que tiene que haber una profunda transformación social ya que está muy arraigado que los cargos los ocupen hombres a pesar de que las mujeres posean los mismos méritos profesionales, o sea que queda trabajo por hacer en este sentido.
En numerosas ocasiones se dice que la conciliación familiar es una de las principales trabas que se encuentran las mujeres para crecer como profesionales, ¿cree usted que es así?
Sí, yo digo rotundamente que sí. Lo digo porque yo hace dos años que soy decana de la facultad, pero se me sugirió hace exactamente ocho años y las dos razones por las cuales dice que no fueron: porque escogí libremente no presentarme a ocupar un cargo de gestión ya que en ese momento tenía un hijo de doce años y no quería perderme estar a su lado, lo tenía clarísimo; y la segunda, a nivel de investigación, porque ocho años atrás necesitaba tiempo para seguir investigando, y aunque ahora también lo necesito, mi hijo ya está en la Universidad y está fuera de casa, y por lo tanto puedo dedicar más tiempo al trabajo, llego a las ocho de la noche a casa porque cuando salgo del decanato me paso por el laboratorio, aunque no puedo invertir el mismo tiempo que antes a investigar, obviamente.
¿Y en su caso, se ha encontrado en alguna ocasión con obstáculos o discriminación por ser mujer en su carrera?
No, he tenido la suerte de no haberme sentido discriminada por ser mujer.
¿Piensa que las nuevas leyes que promueven paridad en los organismos colegiales van a contribuir a que esta situación cambie?
Sí, van a ayudar a que las mujeres se animen a ocupar estos cargos de gestión y de responsabilidad, y, evidentemente, creo que esta ley (17/2015, de 21 de julio, de igualdad efectiva de mujeres y hombres) va a contribuir que esta situación cambie porque todavía hay muy poca representación de mujeres. A pesar de ello, personalmente lamento que tenga que haber una Ley de Igualdad entre hombres y mujeres, cuando debería ser absolutamente integrado de manera natural en nuestra sociedad, y hemos tenido que hacer una ley para que haya representación paritaria, estamos todavía un poco retrasados en este sentido.
¿Qué consejo les daría a los estudiantes de Medicina y a los médicos y médicas jóvenes para que se logre la igualdad real y no exista un techo de cristal?
A mis estudiantes de Medicina, a pesar de que tengo casi el 80% de chicas que son estudiantes, les digo que luchen por lo que quieran conseguir; a mí me ha funcionado, siempre he sido una luchadora para conseguir lo que he querido, y, sobre todo, que sean valientes y si detectan cualquier tipo de abuso de autoridad -bien sea pues sexual o moral- que lo denuncien, porque a veces sucede. Si hay algún abuso de autoridad o incluso a veces hay algún profesor que los estudiantes han detectado que ha sido sexista, en nuestra facultad inmediatamente tomamos cartas en este asunto.
Desde su experiencia, ¿cómo valora la situación de la mujer en las organizaciones universitarias?, ¿cuáles cree que deberían ser los próximos pasos para lograr una igualdad real?, y, ¿qué consejo le daría a una mujer con ambición por ocupar un cargo como el suyo?
Creo que tenemos mucho trabajo por hacer todavía. La realidad es que en la Universidad son ya mayoría las mujeres egresadas respecto a los hombres, y en cambio, que sigan una carrera académica hay pocas, y que alcancen por ejemplo la categoría de catedráticas solo un 21%. A nivel de las facultades de Medicina, en el año 2019 cuando yo entré solamente éramos seis decanas de cuarenta y dos, y ahora somos ocho, hemos subido un poquito (de un 14% a un 19%), o sea, que queda mucho trabajo por hacer todavía.
En cuanto a los próximos pasos para lograr una igualdad real, hay muy muchas normas jurídicas que han incorporado previsiones relativas a la promoción de género y se han dado pasos adelante, pero no podemos hablar de igualdad real entre hombres y mujeres en el mundo universitario todavía. Pienso que no es suficiente con hacer normas jurídicas, porque no se acaban de aplicar, lo que tenemos que hacer es una política activa en todas y cada una de las universidades, que significa averiguar qué pasa, detectar qué es lo que está fallando, trabajarlo con el centro de igualdad de las mujeres, etc. Las normas jurídicas están ahí y son la base, pero no se acaban de aplicar, hace falta pasar a la acción.
Le aconsejaría que no fuera ambiciosa para intentar ocupar un cargo y para no morir en el intento. En mi caso, yo quería hacer investigación, me gusta mucho la docencia me lo paso muy bien, y creo que soy una privilegiada porque hago lo que me gusta. Cuando creí que era el momento oportuno para para hacer algo más por mi universidad, a la que quiero muchísimo, decidí presentarme a decana y salió bien. Si no hubiera visto que tenía apoyos, no me hubiera presentado y me hubiera quedado tan ancha. Pero no tengo ninguna necesidad de demostrar nada a nadie y creo que demasiada ambición es muy tóxica.
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