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Dr. Vicente Baos: «El placeboprecio»

El valor y el precio, en este caso de los medicamentos, no siempre van unidos, según escribe el Dr. Baos en este post publicado en su blog «El Supositorio». Y es que, como dice, «tenemos tan metido en nuestro pensamiento que lo caro es siempre mejor que el placeboprecio es otro hijo de la sugestión y la impostura»

 

Madrid, 3 de febrero 2015 (medicosypacientes.com)

«El placeboprecio»

Dr. Vicente Baos Vicente, médico de Familia. Blog «El supositorio»

http://vicentebaos.blogspot.com.es/2015/02/el-placeboprecio.html

Imaginemos que en un golpe de azar, lotería o similares, dispones de una cantidad de dinero significativa para gastarte en aquello que nunca has podido comprarte: una chaqueta o una camisa de una marca internacional afamada, un bolso de cuero de una tienda carísima de la milla de oro de Madrid, algo que te va a dar una satisfacción especial: tener un objeto exclusivo y precioso. ¿Es placentero pagar mucho por algo de valor real relativo pero de valor añadido social alto? Parece que sí. Las personas adineradas lo hacen por el placer que les produce. Si la utilidad fuera la regla a seguir, el lujo, la apariencia, la exclusividad no tendría tanto éxito.

¿Y si el fármaco que utilizamos es más caro que otro similar, realmente similar en eficacia y seguridad, sin ningún valor terapéutico diferente? También nos da placer y nos «cura» más. Entramos en el terreno del placeboprecio.

La pasada semana hemos conocido un trabajo, hay otros previos de similar intención, donde se evaluaban las diferentes expectativas de mejora a diferentes precios de un fármaco: Espay, A et al. Placebo effect of medication cost in Parkinson disease. A randomized double-blind study. Neurology 2015;84:1?9 (leído a texto completo a través de OVIDSP).

Es un estudio doble ciego prospectivo pequeño, de solo 12 pacientes con enfermedad de Parkinson de moderada a severa, que fueron asignados aleatoriamente a la aplicación subcutánea de «nuevo agonista de la dopamina barato (90 euros) o caro (1300 euros)». En realidad se aplicaba una solución salina normal. Los pacientes se cruzaron en la aplicación de cada inyectable subcutáneo aproximadamente con una diferencia de 4 horas. Antes y después de cada toma, los participantes pasaron varias pruebas para medir sus habilidades motoras y a la evaluación mediante RNM funcional.

Al tomar el fármaco etiquetado como caro, los pacientes mejoraron en un 28% sus habilidades motoras en comparación a cuando tomaban el barato. Aunque ambos placebos mejoraron la función motora, el beneficio fue mayor cuando los pacientes fueron aleatorizados primero con el placebo caro, a mitad de camino entre el efecto de la levodopa y el placebo barato. Los resultados de la resonancia magnética también mostraron una diferencia a favor del medicamento de mayor valor económico.

Otro trabajo más antiguo pero muy ilustrativo y casi divertido, se publicó en JAMA en el año 2008: Commercial Features of Placebo and Therapeutic Efficacy. JAMA. 2008;299(9):1016-1017 (leído a texto completo a través de OVIDSP). A 82 voluntarios recrutado por un anuncio online en 2006 les dijeron que iban a probar un nuevo analgésico opioide autorizado por la FDA, más rápido que la codeína, que en realidad era un placebo. Fueron aleatorizados y a la mitad les dijeron que costaba 2.50 dólares por pastilla y a otros 0.10 dólares por pastilla. Todos cobraron una gratificación de 30 dólares por participar. El dolor inducido se realizó mediante descargas eléctricas en la muñeca, calibradas según la tolerancia de cada individuo. Se realizaron los test antes y después de la toma de los medicamentos. En todos los niveles, la reducción del dolor fue muy superior en el grupo que tomaba el analgésico más caro.

Precio, precio, precio. No solo hablamos de ellos en los recientes novedades para la hepatitis C. Los genéricos llevan arrastrando la cantinela de una «menor eficacia» por su «bajo precio» muchos años, fomentada no solo por los pacientes insatisfechos sino por muchos ignorantes o interesados médicos.

En breve aparecerán los biosimilares, las «copias» de los fármacos «biológicos». Han sido una gran revolución en el tratamiento de muchas enfermedades en la última década y su alto precio una de las principales causas del incremento del gasto hospitalario en fármacos. El precio de los biosimilares puede reducir entre un 20 y un 30% la factura de estos productos. Deberemos estar preparados para oír en medios de comunicación y profesionales que no hacen lo mismo, que el gobierno solo quiere ahorrar a costa de la salud de la gente….

El valor y el precio no siempre van unidos y tenemos tan metido en nuestro pensamiento que lo caro es siempre mejor que el placeboprecio es otro hijo de la sugestión y la impostura. Como la homeopatía, la acupuntura, el reiki, la «marca»…

 

 

 

 

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