sábado, abril 27, 2024

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Dr. Ramón Mur: “En Lleida han faltado recursos y previsión”

El presidente del Colegio de Médicos de Lleida (COMLL), el Dr, Ramón Mur, explica los factores que han determinado la situación de la comarca del Segrià y como está siendo vivida por los profesionales sanitarios

El doctor Mur ha realizado un análisis de los factores que han sido determinantes para alcanzar el escenario actual, improbable hace unas semanas, aunque existían elementos de preocupación.

Aunque la población, en general, ha tenido un buen comportamiento en los momentos más duros de la pandemia y gracias a ello se pudo frenar la curva, la relajación de las últimas semanas ha vuelto a complicar el escenario actual.  Esto hace pensar que quizás haya faltado explicar la realidad de una manera más cruda y veraz, con mensajes claros e inequívocos, recordemos el devenir del uso de la mascarilla, que pasó de no ser necesaria a ser obligatoria.

Pero en Lleida, han existido otros factores que seguramente nos han llevado a que se precipite la situación actual. Por un lado, la provincia dispone de una potente industria agroalimentaria, como son las industrias cárnicas y hortofrutícolas, un sector esencial que requiere un entorno de trabajo que resulta propicio para la propagación del virus, como son las bajas temperaturas, la humedad o que son lugares cerrados de trabajo donde cuesta mantener la distancia. Aún con esto, son focos sobre los que se ha intentado realizar un especial seguimiento.

La industria frutícola, por su estacionalidad, ha tenido un efecto llamada sobre colectivos vulnerables y en situación de exclusión social que a consecuencia de la crisis generada por la pandemia habían empeorado sus ya deterioradas condiciones. Se produjeron movimientos poblacionales desde finales del mes de abril, estando todavía en estado de alarma, lo que evidencia una falta de coordinación entre las diferentes administraciones con competencias al respecto.  Este colectivo no ha sido asistido en origen y ha acabado convirtiéndose en víctima y vector de la pandemia.

En cuanto a la inmigración ordenada, regulada con contratos, los ayuntamientos y la patronal han hecho un gran esfuerzo para dar una acogida digna a estos trabajadores y respetar las medidas de prevención durante su actividad laboral. Aún así, ha faltado un mayor soporte por parte de otras administraciones. La carencia de mediadores para superar las barreras culturales y explicarles el riesgo de contagio ha sido otro factor determinante. La escasez de alojamientos convenientemente acondicionados, especialmente en entornos urbanos, han condicionado hacinamiento, lo que  ha hecho imposible de realizar rastreos y cuarentenas disparando así  la diseminación del virus.

Por último, una Atención Primaria infradotada y absolutamente burocratizada junto con la ausencia de un sistema de rastreo y sin apenas personal en los servicios de vigilancia epidemiológica han hecho el resto. Han faltado medios, recursos, personal y protocolos claros de actuación. En las últimas horas las autoridades están intentando enmendar esta situación, tomando medidas que esperamos puedan revertir esta situación.

Este rebrote ha llegado en el momento que la Atención Primaria intentaba recuperar, con muchas dificultades, su actividad habitual, una situación ya de por sí muy compleja. Con listas interminables de pacientes, abusando del teletrabajo y con la angustiosa sensación de no poder atender a la población con las suficientes garantías. Por otra parte, los pacientes muestran un elevado nivel de exigencia, con resistencia al cumplimiento de las indicaciones de los facultativos y que en ocasiones perciben equivocadamente una relajación por parte de los profesionales.  Ahora, sin reforzar los equipos, en periodo vacacional y sin el soporte de rastreadores sobreviene de nuevo una complicada situación donde el desaliento y el desánimo son sentimientos tan presentes como preocupantes entre el colectivo.

Lo que está pasando en Lleida no deja de ser un ejemplo de lo que puede ocurrir en otros lugares. El virus está totalmente activo y es capaz de aprovechar cualquier resquicio en las medidas de prevención para propagarse rápidamente. No se trata de un problema de un sector, colectivo o perfil social, es una realidad que afecta al conjunto de la sociedad y que requiere del trabajo coordinado de todas las administraciones dado que ninguna de ellas es autosuficiente por sí sola para combatirlo. La movilización de recursos tiene que estar garantizada atendiendo únicamente a criterios asistenciales. Cabe recordar que una de las asignaturas pendientes de nuestro Sistema Nacional de Salud es la ausencia una historia clínica compartida. Esta falta provocará que todas las intervenciones de salud realizadas con los temporeros que recorren nuestro estado no se podrán visualizar en su trasiego por las diferentes comunidades autónomas.

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