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Dr. Oteo: “El valor inmensurable de la humanización en el final de la vida exige una visión unitaria e integradora”

La Fundación para la Formación de la Organización Médica Colegial (FFOMC) y la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios (OHSJD) en España, a través de la Fundación Juan Ciudad (FJC), organizan mañana 29 de noviembre, la ‘I Jornada de Humanización en Cuidados Paliativos’. Se trata de un encuentro que, según explica el Dr. Luis Angel Oteo Ochoa, profesor Emérito de la Escuela Nacional de Sanidad- Instituto de Salud Carlos III, tiene el objetivo de reflexionar, desde una visión multidisciplinar y desde una perspectiva sanitaria y social, sobre la atención y cuidados en el final de la vida bajo una perspectiva de humanización de la salud y dignificación de la persona

El Dr. Luis Angel Oteo, explica en esta entrevista “el valor inmensurable de la humanización en el final de la vida” que, a su juicio, exige una visión unitaria e integradora atendiendo a su multidimensionalidad.

 
Garantizar una calidad asistencial integral al paciente en el final de la vida requiere, para el Dr. Oteo, del desarrollo y aplicación de competencias estratégicas, como por ejemplo, una visión multidisciplinaria del trabajo y una orientación del cuidado centrado en la persona.
 
Por ello, según considera la formación en bioética es una exigencia fundamental, “porque desde una perspectiva múltiple e interdisciplinaria concilia la ciencia biomédica y el conocimiento humanista y promueve esencialmente una visión integrativa de la persona”.
 
¿Cuál es el objetivo de celebrar la primera Jornada de Humanización en Cuidados Paliativos?
 
El objetivo principal de esta primera Jornada de Humanización en Cuidados Paliativos es el poder reflexionar, desde una visión multidisciplinar y desde una perspectiva sanitaria y social, sobre la atención y cuidados en el final de la vida bajo una perspectiva de humanización de la salud y dignificación de la persona.
 
¿En qué medida considera necesario promover un Modelo de Humanización de los servicios de salud?
 
Promover desde el ámbito de autoridad sanitaria y desde el profesionalismo asistencial un modelo de humanización de la atención sanitaria, representa un compromiso moral en concordancia con la misión del propio Sistema de Salud y en razón a su legitimación social.
 
¿En qué consisten los Cuidados Paliativos como Modelo de Humanización?
 
Son muchas las virtudes y atributos de valor ético que acompañan a una práctica asistencial humanizada. Arte, competencia comunicativa y empática, relación dialógica confiable y espiritualidad, dignifican la atención a la salud y la vida y representan una cultura del cuidado centrada en la persona del paciente. El paradigma antropológico que identificamos en los equipos multidisciplinarios de Cuidados Paliativos adquiere su plenitud y sustantividad en el ser y el hacer como modelo singular y específico de humanización en el servicio a los pacientes y sus familias.
 
¿Por qué es necesario el compromiso de los profesionales con la Humanización? ¿Qué papel desempeñan?
 
Más allá de la competencia técnica en la aplicación de las ciencias biomédicas, la humanización asistencial constituye la viga maestra del profesionalismo ético y socialmente responsable.
 
La fortaleza identitaria de los profesionales de la salud se sustenta en principios y valores universales e intemporales, tales como la integridad, la compasión, la capacidad de discernimiento bioético, el altruismo, la calidez afectiva y la dignidad existencial en la forma y manera de atender y cuidar a la persona enferma y necesitada.
 
El valor de la misión de los profesionales de la salud converge en una alianza con el paciente para dignificar la existencia humana allí donde la vida es más frágil y dependiente.
 
¿Qué Cuidados Paliativos necesita una persona para humanizar el final de su vida?
 
El valor inmensurable de la humanización en el final de la vida exige una visión unitaria e integradora de las necesidades de la persona, atendiendo a su multidimensionalidad: física, psíquica social y espiritual. Estas dimensiones se perfeccionan y trascienden cuando se reconoce su centralidad humanista o antropológica sustentada en criterios axiológicos y morales.
 
Una visión sistémica de los cuidados paliativos requiere no sólo una atención integral de calidad, técnicamente competente y apropiada, sino también y de forma complementaria, otras intervenciones o acciones que mejoren el bienestar y la calidad de vida del paciente.
 
Así por ejemplo, consideramos preferentes un hábitat que garantice la intimidad, unos cuidados higiénicos que le procuren la máxima comodidad, un clima relacional y de apoyo que fortalezca la confianza, una nutrición acorde con sus necesidades y apetencias, un acompañamiento para compartir sentimientos afectivos y el estrés emocional, una comunicación no verbal que exprese el valor de la presencia incondicional y el profundo respeto por la privacidad, el descanso, así como atender a los deseos y voluntades personales que contribuyan a reconciliarse con su propia vida.
 
¿Cómo debe ser la coordinación entre distintos niveles asistenciales? 
 
En cualquiera de los modelos o tipologías de integración de redes asistenciales hoy descritos y aplicados en diferentes países y regiones, la función de coordinación se considera esencial para garantizar el buen funcionamiento organizativo y las mejores prácticas profesionales.
 
La experiencia en nuestro país en el diseño de modelos de integración de redes asistenciales es todavía limitada y las aplicaciones –piloto- llevada a cabo en algunas Comunidades Autónomas no han sido evaluadas hasta la fecha.
 
Las características propias de los cuidados paliativos como modelo de asistencia centrado en la persona del paciente, su integralidad bio-psico-social-espiritual, la interacción con la red sociosanitaria, la interlocución agencial con la familia y otros soportes de ayuda humana confiables, la vivencia del acompañamiento y la escucha en el final de la vida, la expresión plena del principialismo bioético, los equipos de prácticas asistenciales interprofesionales y otros factores de identidad vinculados al paradigma de la humanización, requiere de un diseño organizativo transversal y en red que integre el ámbito mesogestor, el microsistema por y/o unidades asistenciales y la atención domiciliaria.
 
La coordinación funcional, el liderazgo clínico, el desarrollo de competencias profesionales específicas, la cultura de profesionalismo colaborativo y la gestión por procesos esenciales constituyen la base para dinamizar unidades y equipos asistenciales en los cuidados paliativos.
 
¿Qué formación y competencias profesionales se requieren en la asistencia de Cuidados Paliativos?
 
El desarrollo formativo y competencial en las diferentes disciplinas que convergen para una asistencia integral al paciente y asistido en las unidades y servicios de cuidados paliativos debe contemplar los fundamentos idiosincrásicos y las categorías de conocimiento especializado para esta función o actividad sanitaria y social. Determinadas competencias se residencian en el paradigma científico y técnico, otras se corresponden con el paradigma psicosocial y por último, pero no en último lugar, otras competencias y metacompetencias se identifican en el paradigma antropológico “medical humanities”.
 
Garantizar una calidad asistencial integral al paciente en el final de la vida requiere del desarrollo y aplicación de competencias estratégicas, como por ejemplo, una visión multidisciplinaria del trabajo y una orientación del cuidado centrado en la persona. Otra tipología competencial es de naturaleza interpersonal, en referencia a la calidad relacional y de comunicación, a las buenas prácticas colaborativas basadas en modelos de experiencia y aprendizaje interprofesional, al carisma para liderar procesos de mejora, estandarización o de cambio organizacional en las unidades asistenciales.
 
La categoría competencial intrapersonal requiere conocer y perfeccionar hábitos y capacidades proactivas para el emprendimiento e iniciativa personal, habilidades para la gestión clínica y social, así como desarrollos internos para la mejora personal por medio del autoconocimiento y aprendizaje, y de otros determinantes para la ecuanimidad en la toma de decisiones en contextos asistenciales de alta incertidumbre e impredictibilidad, que exigen atributos de autocontrol y equilibrio emocional, junto a valores como la integridad o la ejemplaridad.
 
¿Cree que es necesaria más formación en Bioética desde las Facultades de Medicina?
 
Sin duda debiera ser una preferencia académica y social en la formación de los profesionales de la salud y más específicamente de los médicos.
 
Para el ámbito de la especialización biomédica en cuidados paliativos creemos que la formación en bioética es una exigencia fundamental, porque desde una perspectiva múltiple e interdisciplinaria concilia la ciencia biomédica y el conocimiento humanista y promueve esencialmente una visión integrativa de la persona, reconociendo el valor inmensurable de la humanización en el cuidado asistencial, desde una conciencia ética y sabiduría práctica-phronesis-.
 
La perspectiva bioética de la salud exige un abordaje integral, al considerar al ser humano en su completa y plena existencialidad desde dimensiones ontológicas, antropológicas, sociales, culturales y espirituales, en un sentido profundo y trascendente de la condición humana.
 
Porque la dignidad intrínseca humana, en su cualidad óntica, moral y axiológica, constituye el principio eminente de la bioética, que lleva implícito el valor absoluto existencial de la persona humana y el respeto a su unicidad, privacidad, libertad de conciencia y autonomía.
 
 
 
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