Actualmente el avance en nuevos tratamientos contra el cáncer es posible gracias al detallado conocimiento molecular que desde la ciencia básica se tiene de la enfermedad y que permite acelerar su investigación clínica, según asegura en esta entrevista el Dr. Josep Tabernero, presidente electo de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO). Para el oncólogo, la innovación, la integración entre ambas investigaciones, la medicina personalizada, la prevención, el diagnóstico precoz, la implicación de los gobiernos y las políticas sanitarias, son vías necesarias para lograr reducir la mortalidad e incidencia de esta enfermedad que, tal y como explica, debido al envejecimiento de la población se mantendrá en aumento hasta el 2025
El Dr. Josep Tabernero, jefe del servicio de Oncología Médica del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona y que presidirá a partir de 2018 la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO), explicó durante una entrevista concedida a este medio los objetivos del Congreso ESMO 2017 que se celebra en Madrid entre el 8 y el 12 de septiembre y que está considerado como el mayor evento científico y médico sobre el cáncer.
– Uno de los temas protagonistas de este Congreso, que arranca el viernes, es la investigación tanto básica como clínica en oncología. ¿De qué manera la integración de la ciencia en este campo beneficia a los pacientes?
La oncología es una especialidad en la que los avances suceden muy rápidamente. La integración entre investigación traslacional (básica) y la clínica consigue que se pueda aplicar al tratamiento asistencial contra el cáncer de forma rápida.
Lo que hacemos es trasladar lo más rápidamente posible los avances que tenemos en el conocimiento de la enfermedad, en la biología de la patología, el diagnóstico molecular, de las características que tiene cada tumor. Es lo que denominamos Medicina individualizada o de precisión, y así podemos trasladarla a estudios crónicos dirigidos a poblaciones muy concretas para incorporarlo de forma rápida a la práctica clínica.
Es decir, el avance en nuevos tratamientos oncológicos no puede llevarse a cabo si no es gracias al detallado conocimiento molecular que nos llega a través de los científicos básicos.
Es muy importante que en un Congreso como éste tengamos integrada no solo a la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO) sino también contar con la participación de la Asociación Europea de Investigación en Cáncer (European Association for Cancer Research, EACR). Estamos satisfechos porque no solo atraemos a médicos asistenciales e investigadores, sino también a otros profesionales que ayudan a tratar el cáncer e investigan. La interacción y la relación es muy grade.
– ¿Qué acciones son necesarias para salvar la brecha entre la innovación y la implementación clínica? ¿Cómo repercute en los médicos y pacientes?
Actualmente tenemos la oportunidad de hacer las cosas mejor. La innovación muchas veces está asociada a un incremento del coste en los tratamientos y en la asistencia. Sin embargo, desde la ESMO estamos haciendo muchos foros y grupos de discusión para ver cómo podemos integrar la innovación manteniendo la sostenibilidad de los sistemas sanitarios, sean públicos o privados. Cada vez tenemos más repercusión en todos los diferentes actores, tanto los sistemas de salud o los reembolsadores como las compañías farmacéuticas o diagnósticas para poder integrarlo de la manera más rápida posible.
Es una de las áreas donde hay más discusión hoy en día. Nuestro objetivo final son los pacientes con cáncer por lo que debemos garantizarle y ofrecerle los mejores tratamientos posibles.
-Otros de los temas propuestos del Congreso es la escasez de medicamentos contra el cáncer en Europa y la igualdad de acceso a los mismos. ¿Cuál sería, a su juicio, la opción más justa para hacer accesibles los medicamentos a todos los países?
El problema de falta de acceso a medicamentos es muy generalizado y poco conocido hasta ahora. Lo que ha pasado es que los farmacéuticos de hospitales han manejado las situaciones de falta de provisión interaccionado entre ellos, entre diferentes Comunidades Autónomas o diferentes países. Pero estamos llegando a unos límites que esto ya no es una solución no sólo con el cáncer sino en otras áreas como antibióticos o medicamentos de pediatría o cardiología. En ESMO hicimos un documento que presentamos en mayo al parlamento europeo pidiendo que se tomen acciones para evitar la falta de acceso a los medicamentos.
Las medidas pueden ir desde hacer registros claros donde se vea la problemática y que aflore claramente la falta de acceso hasta establecer medidas para que esto no pase. Estas acciones pueden ser incentivar a la industria farmacéutica para que tenga interés en fabricar estos medicamentos y distribuirlos, y lograr la implicación de los diferentes gobiernos de los países para que tomen posición en ello.
Es un problema muy global pero se pueden hacer acciones muy focalizadas en cada país y lograr un pacto sanitario que tenga en cuenta las opiniones de los profesionales.
Asimismo, hemos mantenido una discusión pública con todos los actores por el precio justo de los medicamentos. Creemos que el reembolso de los mismos debe ir asociado al valor de la acción terapéutica y al PIB del país en cuestión. Si solo nos fijamos en el precio vemos que el que puede ser adecuado, por ejemplo, para Holanda, no lo es para España.
-¿Hacia dónde camina la oncología en Europa?
La oncología en Europa camina hacia una innovación en el diagnóstico y en el tratamiento, pero también hacia la prevención. La herramienta más importante que podemos hacer hoy en día es prevención y diagnóstico precoz. Si hiciéramos caso al decálogo que existe de hábitos de vida saludable y las políticas de salud para combatir y prevenir el cáncer podíamos estar evitando el 40% de los tumores.
El cáncer seguirá aumentando hasta 2025 en España porque la población va envejeciendo y la esperanza de vida es muy alta. A pesar de ello, la mortalidad lleva disminuyendo desde hace muchos años y la supervivencia se está incrementando. A partir del 2025 la incidencia de cáncer disminuirá gracias a las políticas sanitarias, a los avances científicos, y a la concienciación de la sociedad o los programas de cribadas, entre otros.
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