La Conferencia Nacional de Decanos de Facultades de Medicina (CNDFM) ha renovado su junta directiva, pero mantendrá la hoja de ruta establecida. Así lo ha expresado a esta publicación el nuevo presidente de la organización y decano de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, Dr. José Luis Álvarez-Sala, que se muestra partidario de adelantar el examen MIR para que los estudiantes “puedan ejercer antes sus capacidades y su profesión”
El nuevo presidente de los decanos reconoce que la relación que mantienen con el Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM) siempre ha sido “estrecha y fluida”. Aunque “la sintonía que mantenemos es perfecta”, existen algunos matices discordantes sobre el momento de celebración del examen MIR. Para el Dr. Álvarez Sala, la prueba “debería llevarse a cabo en una fecha más cercana a la finalización de la carrera y no un año después”. De esta manera los estudiantes, ya médicos, “en vez de estar estudiando en su casa, podrían ejercer antes, desarrollando sus capacidades y su profesión”.
La idea del Dr. Álvarez-Sala pasaría por adelantar el examen a octubre, en vez de realizarlo en febrero, como es habitual. De este modo, “todos estarían en igualdad de condiciones, como hasta ahora”. Sin embargo, la postura de los estudiantes es contraria, puesto que dudan de que de esta forma pudieran tener tiempo suficiente para preparar el MIR con garantías.
El reto de los números clausus
El objetivo del Dr. Álvarez-Sala es seguir el camino que ha dejado señalado su antecesor en el cargo, Dr. Ricardo Rigual, para el que solo tiene palabras de elogio, ya que a su juicio “lo ha hecho muy bien y ha trabajado una barbaridad”. Su reto es que se mantengan los números clausus, “que fluctúan según soplen los vientos políticos o académicos”, comenta. Estas decisiones han provocado que este año “el número haya sido excesivamente alto”, opina.
Si la cifra recomendada es de un alumno aceptado en primero de Medicina por 10.000 habitantes, en España roza el 1,6, lo que supone que “haya un 50% más de lo que toca”. Por tanto, “el primer esfuerzo es que el número de alumnos sea el que se ajuste a las necesidades”, apunta.
Sin embargo, “no cesan de abrirse facultades de Medicina y hay muchas más de las necesarias”, subraya. En este aspecto, la tasa debe ser cercana al 0,5 por millón de habitantes y en España se sitúa en más de un punto”. Según el Dr. Álvarez-Sala, “esta petición no es un capricho, porque si se cumplen estos parámetros, se asegura la calidad de la formación, que si hay sobrecarga no se puede garantizar”. De lo contrario, “no hay prácticas, ni enseñanza clínica en los hospitales, porque los médicos necesitan formación práctica que si hay exceso de alumnos no se puede dar”.
Falta de profesores
El otro caballo de batalla al que se enfrenta es la pérdida de profesorado académico, que “ha caído a tasas muy preocupantes”. En este sentido, el presidente de los decanos pone como ejemplo a la Universidad Complutense de Madrid, donde “se ha perdido el 50% de las plazas vinculadas en cuatro años”. Para el Dr. Álvarez-Sala esta situación “dificulta que se lleve a cabo una enseñanza de calidad”. Así, reconoce que influye “la tasa de reposición de los años pasados, porque lo que se ha perdido no se va a poder recuperar”.
El presidente de los decanos insiste en que “aquí deben coincidir los intereses académicos con los asistenciales del hospital con el que la universidad tenga concertado y eso supone una filigrana que no es fácil de lograr y hace falta generosidad por ambas partes, no solo la plaza vacante y su remuneración”. Esta situación crea un conflicto de intereses que “no siempre se soluciona bien”.
