sábado, abril 27, 2024

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Beatriz Domínguez-Gil: “La estrategia conjunta del CGCOM y la ONT persigue erradicar el tráfico de órganos en el mundo”

Beatriz Domínguez-Gil, directora general de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), expone, en esta entrevista, la estrategia que ha impulsado el organismo que dirige con el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) para “erradicar el tráfico de órganos en el mundo. Un delito que vulnera derechos humanos fundamentales y que representa un riesgo para la salud individual y la salud pública”

La directora general de la ONT, que participará en la próxima Asamblea General de la Asociación Médica Mundial de Córdoba 2020, en la que el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) ejerce de anfitrión con motivo de su centenario, explica en esta entrevista para Médicos y Pacientes, la labor de la ONT en este organismo durante la pandemia.

¿Cómo ha trabajado la Organización Nacional de Trasplantes durante la pandemia?

La crisis sanitaria por la COVID-19 ha tenido un impacto importante sobre el programa nacional de donación y trasplante. Como actividad esencial de nuestro Sistema Nacional de Salud, la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), en colaboración con las Coordinaciones Autonómicas de Trasplante, ha buscado la protección del Programa siempre que las circunstancias epidemiológicas y de seguridad así lo han permitido.

A finales de enero, cuando llegaron las primeras informaciones de la epidemia en China, la ONT comenzó a emitir recomendaciones para la valoración y selección de potenciales donantes que tuvieran riesgo de haber adquirido la infección. Estas recomendaciones se han actualizado periódicamente a medida que hemos adquirido un mayor conocimiento y experiencia de la infección causada por el nuevo coronavirus, y han ido abordando temas relacionados con el manejo de los pacientes en lista de espera y trasplantados.  Nuestro objetivo era y sigue siendo que los coordinadores de trasplante y los equipos trasplantadores tuvieran pautas claras de actuación en este nuevo escenario epidemiológico.

¿Han tenido que modificar su plan de trabajo?

La ONT también decidió que teníamos que volcarnos en generar evidencia. Teníamos que saber si nuestras recomendaciones eran adecuadas y conocer el impacto de la infección COVID-19 en los pacientes trasplantados. Iniciamos en marzo una recogida centralizada de información sobre pacientes trasplantados de órganos o de progenitores hematopoyéticos que han adquirido la infección en España durante la epidemia. Los resultados de esta recogida de datos acaban de ser publicados en American Journal of Transplantation. Sabemos que la infección es más frecuente y más grave en pacientes trasplantados que en la población general, con una mortalidad del 27%. No obstante, el curso más agresivo de la infección en el trasplantado parece relacionarse más con su perfil demográfico y de comorbilidad, que con el hecho de ser trasplantado.

Finalmente, hemos dado unas instrucciones claras a la red sobre cómo gestionar el Programa de donación y trasplante en relación a la epidemia. Debe preservarse siempre que sea posible. Pero en situación de colapso del sistema sanitario, nuestra recomendación es priorizar a los pacientes en situación de urgencia o estado crítico, así como a aquellos difíciles de trasplantar para los que surgiera una oportunidad precisamente en ese momento. Es fundamental disponer en los hospitales de circuitos libres de COVID-19 para asegurar que este Programa, junto a otras actividades esenciales, pueda mantenerse.

Estas medidas forman parte de un Plan dinámico y ágil que se ha ido adaptando a la situación epidemiológica en cada momento. Sus dos principales objetivos son paliar el impacto de la COVID-19 en la actividad de donación y trasplante de órganos, tejidos y células, y garantizar la seguridad de los pacientes trasplantados y en lista de espera para trasplante, así como de los profesionales sanitarios que participan en la actividad de donación y trasplante. 

¿Cuántos trasplantes se han efectuado en España durante este periodo?

A pesar de las enormes dificultades, y gracias al extraordinario esfuerzo que han realizado los coordinadores y los equipos de trasplantes, desde el pasado 13 de marzo (anuncio del Estado de Alarma) hasta el pasado 22 de octubre se han realizado 2.285 trasplantes de 1.056 donantes. Creo que es una cifra espectacular teniendo en cuenta lo que hemos vivido. Quiero ensalzar en particular la labor de los coordinadores de trasplante, ya que la mayoría de ellos son profesionales de unidades de cuidados intensivos y han tenido que trabajar al 200% en la UCI para atender a los pacientes COVID-19 y, simultáneamente, mantener el programa de donación en sus centros.

¿Cómo se ha notado el confinamiento en cifras en lo que a trasplantes se refiere?

El Programa se ha visto afectado por la epidemia, sobre todo en las semanas más críticas de la crisis sanitaria, por dos grandes motivos fuertemente relacionados entre sí. Primero, por el colapso del sistema sanitario y de las UCI, unidades donde tienen lugar los procesos de donación y donde muchos pacientes pasan el post-trasplante inmediato. El segundo, por la preocupación que existía por que el paciente trasplantado adquiriera la infección en la comunidad o en el hospital, cuando todavía no estaban bien establecidos los circuitos libres de la COVID-19.

Por ello, durante los meses de marzo, abril y mayo, el descenso en la actividad de donación y trasplante de órganos fue muy importante. Pero de forma lenta y progresiva hemos sido capaces de reconstruir el Programa y de conseguir que coexista con la epidemia. Ahora mantenemos una actividad que se aproxima a la que manteníamos en los meses correspondientes de 2019. Si evaluamos los nueve primeros meses de este año con los del año 2019, el descenso de donación es del 26% y del 22% en trasplante.

En octubre de 2020. ¿En qué punto se encuentran las donaciones de órganos y tejidos?

Afortunadamente, hemos recuperado un ritmo de actividad de donación y trasplante que se aproxima al de 2019. Insisto en la relevancia de haber logrado “cierta normalidad” en nuestro ámbito encontrándonos todavía en una situación pandémica. Todo gracias al esfuerzo coordinado de los profesionales sanitarios, así como a la generosidad de los donantes y sus familias.

A corto y medio plazo, ¿cuál es la estrategia de la ONT? ¿Se ha visto alterada por la pandemia de la COVID-19?

La ONT y las Coordinaciones Autonómicas de Trasplante han elaborado un Plan COVID-19 en cuya implementación estamos inmersos y que ya va dando resultados, como hemos avanzado en las respuestas anteriores. Su objetivo: recuperar la actividad de donación y trasplante que teníamos previa a la pandemia, pero con garantías de seguridad para los donantes vivos, los receptores de un trasplante y los profesionales sanitarios implicados en esta actividad. El Plan tiene tres pilares: recomendaciones actualizadas para la evaluación y selección de potenciales donantes y receptores con respecto a la infección por el nuevo coronavirus, generación de evidencia sobre el impacto de la COVID-19 en el paciente trasplantado, y gestión dinámica de los programas de manera adaptada a la situación epidemiológica en cada momento y siempre garantizando la existencia de circuitos libres de COVID-19.

Con respecto a la selección de los donantes, las personas con infección activa COVID-19 no pueden donar, salvo que cumplan unos criterios específicos de curación. Hacemos un cribado universal (todos los potenciales donantes) con test PCR en muestra de tracto respiratorio antes de la donación, que no se lleva adelante si el resultado es positivo o no concluyente. También se criba a todos los pacientes antes de ser trasplantados. Si el test resulta positivo o existe sospecha clínica de COVID-19, no se realiza el trasplante y el paciente se excluye temporalmente de la lista de espera hasta su curación.

¿Qué mensaje trasladaría a los profesionales sanitarios que han efectuado estas intervenciones en hospitales repletos de pacientes COVID-19?

No podemos más que reiterar nuestro agradecimiento a los magníficos profesionales que conforman nuestro Sistema Nacional de Salud. La siempre ensalzada excelencia de nuestro Sistema Sanitario se debe a la excelencia de sus profesionales. Que no se nos olvide.

La actuación de nuestros profesionales sanitarios durante la crisis sanitaria ha puesto de manifiesto su compromiso y su responsabilidad hasta niveles difíciles de imaginar hasta que nos hemos enfrentado a esta situación. Siempre estamos en deuda con ellos, pero ahora más que nunca. Por ellos, y por la sostenibilidad del Sistema Sanitario, es urgente mejorar sus condiciones laborales y desarrollar un plan de atracción y retención de talento que evite su fuga a otros sistemas sanitarios o incluso a actividades no sanitarias. Algo bueno que podemos extraer de esta crisis es que ha permitido que aflore la necesidad de cuidar de aquellos que nos cuidan.  

A pesar de la pandemia, España sigue líder mundial en trasplantes y su sistema es una de sus banderas. ¿Qué tiene este modelo de gestión para que sea tan exitoso?

Precisamente la clave del éxito es nuestro modelo de gestión que, combinado con la generosidad de la población española, nos convierte en líderes mundiales. Existen varios pilares que sustentan el “Modelo Español de Donación y Trasplante” y que se ha constituido en referencia internacional. El Modelo se basa en una gestión exquisita de un proceso de alta complejidad: el proceso de donación de personas fallecidas.

Pivota sobre la figura del coordinador hospitalario de trasplantes y está organizado en unidades de coordinación lideradas por médicos intensivistas. Estos profesionales actúan conforme a protocolos bien establecidos, reciben formación continua y están sujetos a una evaluación de su actividad para identificar áreas donde existe espacio para la mejora. La ONT y las Coordinaciones Autonómicas de Trasplante actúan como un verdadero interfaz entre el nivel técnico y el político, organizando, coordinando, supervisando y apoyando el desarrollo exitoso de ese proceso de donación en los hospitales.

La innovación constante, con la puesta en marcha de nuevas estrategias para mejorar el acceso de nuestros pacientes al trasplante, ha permitido que la donación haya crecido casi un 40% en los últimos seis años.

Con 49 donantes por millón de habitantes en 2019, España lidera y con mucho, ese ranking internacional de generosidad que representa la donación de órganos.

La Asamblea de la AMM de Córdoba abordará la situación actual de los sistemas de trasplantes. ¿Qué espera de esta reunión?

Es un espacio magnífico para exponer las dificultades que hemos tenido que afrontar durante estos meses de pandemia, así como un punto de encuentro para poner de manifiesto los retos que tenemos por delante.

La ONT ha trabajado durante meses con la CGCOM para presentar en la Asamblea de la AMM una Declaración sobre las responsabilidades de los médicos en la prevención y la lucha contra los delitos relacionados con el trasplante. Yo seré la responsable de defender la propuesta de Declaración durante la Asamblea en representación de la delegación española. Espero que se adopte o que progresemos hacia su adopción en un breve espacio de tiempo.

El CGCOM y la ONT trabajan en una propuesta sobre las responsabilidades de los médicos en la prevención y lucha contra los delitos de trasplantes. ¿Qué finalidad tiene?

Su finalidad: erradicar el tráfico de órganos en el mundo. Un delito que vulnera derechos humanos fundamentales y que representa un riesgo para la salud individual y la salud pública. Es importante tener en cuenta que en estos actos se ven involucradas personas vulnerables, cuya desesperación las lleva a plantearse la venta de un órgano y que son las principales víctimas de esta lacra. Además, debido a que los pacientes que reciben un trasplante de forma ilícita requieren atención especializada a largo plazo, los médicos deben enfrentarse al desafío que supone prestar asistencia a estos pacientes cuando regresan a su país de origen tras el procedimiento.

El profesional sanitario puede actuar de cortafuegos y limitar al máximo este delito, así como alertar de casos sospechosos o confirmados de tráfico de órganos. Todo esto se plasma en la Declaración. Pero también la responsabilidad del médico está en abordar la raíz del tráfico de órganos: la escasez de órganos para trasplante. Hacemos una llamada a que se considere sistemáticamente la donación cuando una persona fallece en condiciones de ser donante y a que se posibilite si la donación es coherente con sus valores y principios.

España como referente mundial en este ámbito, ¿qué tiene que decir sobre la lucha contra los delitos de trasplantes en una cita como es la Asamblea de la AMM?

Con esta Declaración tenemos una oportunidad única si promovemos una respuesta coherente y armonizada de los profesionales sanitaros del mundo.

Ésta se sumaría a la larga lista de iniciativas que ha liderado la ONT para la lucha efectiva contra este delito. De todas ellas, destaco el Convenio contra el Tráfico de Órganos del Consejo de Europa, abierto para firma en Santiago de Compostela en 2015; el primero que define el conjunto de prácticas que serían constitutivas de este delito. Este Convenio obliga a los países que lo ratifiquen a que esas prácticas se tipifiquen como delitos, así como a incluir medidas de prevención y protección de sus víctimas.

No debemos olvidar que, según los datos de la OMS, entre el 5 y el 10% de los trasplantes en el mundo se hacen bajo alguna forma de comercialización, ya que la demanda de órganos es mucho mayor de las posibilidades de trasplantar que existen actualmente.

 

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