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Atención sanitaria, educación para el desarrollo y defensa de la salud como derecho universal, funciones clave del médico cooperante

Los médicos cooperantes y voluntarios proporcionan asistencia sanitaria a quien lo necesita en los diferentes contextos de emergencia humanitaria. Pero no solo eso, el médico tiene además un papel fundamental a la hora de denunciar las situaciones de injusticia social o sanitaria, promover la investigación, sensibilizar e informar desde su credibilidad a la ciudadanía, inculcar educación para el desarrollo y hacer incidencia política para defender la salud como un derecho universal y no individual y lograr reducir las inequidades en su acceso, la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y combatir las desigualdades sociales y la pobreza

Así se puso de manifiesto en el panel “El papel del médico en la cooperación internacional para el desarrollo y la intervención humanitaria”, celebrado en el marco del II Congreso de Cooperación Internacional de la Organización Médica Colegial (OMC), organizado a través de su Fundación para la Cooperación Internacional (FCOMCI) y el Colegio de Médicos de Cantabria, y que durante dos días reunió a numerosos expertos del ámbito nacional e internacional en Santander.

 
En este panel, moderado por el Dr. Juan Manuel Garrote, secretario general de la OMC y FCOMCI, participaron en calidad de ponentes el Dr. Miguel Ángel Sánchez Chillón, presidente del Colegio de Médicos de Madrid y cooperante de la organización Médicos del Mundo; Dr. Carlos Mediano, presidente de la Federación Medicusmundi Internacional; y Francisco Raigón , técnico de proyectos de la Fundación SEMG –Solidaria.
 
El Dr. Garrote inició el encuentro aludiendo a la falta de conciencia, muchas veces, por los problemas de la emigración causada por la guerra que se están produciendo en el mundo, la hambruna que recorre ciertos países de África y la muerte por falta de higiene de los habitantes de muchas poblaciones. “Parece que los vemos muy lejos”, aseguró.
 
En sentido, recordó, a los allí presentes, que España hace 70 años se encontraba en una situación similar. “Acabábamos de pasar una guerra y había una alta mortalidad por infección, concretamente por paludismo”, dijo.
Por ello, puso en valor la actuación de los médicos de salud pública, con la colaboración del resto de los sanitarios, fundamentalmente veterinarios y farmacéuticos, “que consiguieron anular aquella epidemia” y resaltó la importancia de la ayuda a los países y a las personas necesitados que “no está tan lejana como nos parece”. “La actuación –aseguró- de los médicos en las catástrofes y los problemas sanitarios en países precarios siempre ha existido y es necesaria, en esto se basa la solidaridad de la especie humana”.
 
El médico cooperante tiene un papel fundamental a la hora de denunciar las situaciones de injusticia social o sanitaria
 
En la misma línea, el Dr. Sánchez Chillón abogó por la sensibilización de la población y los profesionales. “Si no tenemos en la cabeza las cosas que ocurren en el mundo, si no hacemos ver a los médicos y a la población que hay más problemas a parte de los diarios y cotidianos, no tendrán la oportunidad de descubrir una faceta muy humana que es la cooperación”, subrayó.
 
Desde el punto de vista técnico, para el presidente del ICOMEM, el médico puede tener desde un papel testimonial hasta un papel principal en los programas de desarrollo o de intervención humanitaria, pero, en su opinión, “tendrá un papel fundamental a la hora de denunciar las situaciones de injusticia social o sanitaria”. 
 
Además, hizo una clasificación entre el papel y las funciones del médico dependiendo del campo de actuación. “En la Cooperación al desarrollo los proyectos son a largo plazo y el médico tiene un papel más de tutorización, de proyectos, detección de hábitos para la salud, supervisión y educación para la salud que de implementación”, afirmó el experto. 
 
Por el contario, en los proyectos de acción humanitaria en urgencias y emergencias, para el Dr. Sánchez Chillón, es donde más se nota el impacto directo del papel del médico por su actuación en catástrofes naturales, conflictos bélicos y epidemias o endemias.
 
Recomendar el fomento y promoción de los programas formativos desde el pregrado y, posteriormente, desde la estructura colegial, negociar para el reconocimiento de la participación en programas de ayuda humanitaria y desarrollo para que formen parte de la carrera profesional, presionar para el desarrollo del estatuto del Médico Cooperante y que desde la administración se contemple, son acciones que se pueden hacer desde la estructura profesional, para el presidente del ICOMEM, al igual que fomentar desde la OMC el registro y participación en estos programas o emergencias.
 
“Como médicos tenemos que seguir defendiendo la salud como un derecho universal no individual”
 
La comunidad internacional se enfrenta desde 2015 hasta 2030 a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), según afirmó el Dr. Mediano quien denunció que los consensos políticos se centran en qué hay que hacer en salud pero no en cómo realizarlo, y deberían basarse en la evidencia como lo hace la Medicina y como hacen los médicos cooperantes. 
 
Tras mencionar que gracias a los ODS se ha reducido un 50% la mortalidad materno infantil, reivindicó que no se han conseguido el resto de metas porque “el compromiso político no ha sido el adecuado y se ha implantado un modelo que lucha contra las enfermedades específicas sin contar con el conjunto y no hemos conseguido acabar con la inequidad en la salud”.
 
Por ello, como médicos tenemos que seguir defendiendo la salud como un derecho universal no individual”. Cuando se trabaja en salud no hay que hacerlo de forma local sino que hay que tener un conocimiento y una capacidad para trabajar a nivel global en las institucionales y organizaciones internacionales para que la salud sea un derecho para todos, defendió.
 
Para el Dr. Mediano el reto más claro de los ODS es garantizar una cobertura sanitaria universal y para ello es necesario que se contabilice el efecto de la política sobre la salud. “El papel del médico cooperante tiene dos lugares donde trabajar el suelo que es el trabajo en terreno y el cielo que son las políticas. Porque las políticas afectan al trabajo que están haciendo en el terreno”, puntualizó.
 
Para el presidente de la Federación Medicusmundi Internacional el médico tiene que denunciar, promover la investigación y hacer incidencia política. “Además el médico cooperante tiene que saber adaptarse al entorno y a la cultura. Además, se necesita una integración de todos los actores implicados. Hay en lugares donde es más importante el acceso a agua potable más que a una bata blanca. Podemos hacer mucho en salud pero si no se permite el acceso a los medicamentos”.
 
Además, según explicó, los ODS deberían cumplirse tanto por los países pobres como por los ricos.  Para él las enfermedades no tienen pasaporte y seguirán pasando fronteras. “Es curioso que tengamos enfermedades globales y soluciones individuales”, puntualizó. 
 
El sistema de salud debe ir unido a un sistema de protección social que permita el abordaje de las enfermedades no trasmisibles, el 52% muertes prematuras mundiales son por enfermedades no transmisibles, según refleja el Informe 2016: La salud en la cooperación al desarrollo y la acción humanitaria, elaborado por Medicusmundi y Médicos del Mundo.
 
La educación para el desarrollo, acción fundamental para el médico cooperante
 
A parte de proporcionar asistencia médica y tener incidencia política, los médicos cooperantes también tienen un papel vital en la educación para el desarrollo, según expuso en su intervención Francisco Raigón Jiménez. “Con la educación para el desarrollo se logra una ciudadanía global, una sociedad civil activa, competente, preocupada por los temas colectivos y que reclame su protagonismo en el desarrollo de los procesos sociales y políticos”, explicó.
 
Además esta formación, tal y como expuso, permite una dimensión global en el análisis de la realidad que establece conexiones entre lo que es local y lo que es global y favorece los compromisos internacionales para la reducción de la pobreza como algo indisociable a su política nacional o local.
 
Además, promueve un enfoque más basado en los derechos que en las necesidades que reconoce los derechos básicos de la ciudadanía globalmente con una perspectiva de justicia. “Si trabajamos solo en las necesidades no trabajamos en las causas que son por incumplimiento de los derechos. Esto hay que denunciarlo”, aclaró. 
 
Además, aseguró que para trabajar en salud hay que trabajar antes en los problemas de saneamiento de agua y desnutrición. “Todos los problemas están relacionados por el círculo de la pobreza”, explicó.
 
Por ello, hay que sensibilizar, informar y hacer incidencia política para encontrar las causas y soluciones, y en esto el medico “tiene un papel fundamental para sensibilizar por su cercanía con la población”, añadió.
Finalmente resaltó la importancia de inculcar esta formación desde las universidades.
 
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