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Ángel Cabrera, presidente FEDE:Los «recopagos» son un impuesto a la enfermedad

Con motivo del Día Mundial de la Diabetes, Médicos y Pacientes ha entrevistado a Ángel Cabrera Hidalgo, presidente de la Federación de Diabéticos Españoles, para saber la situación en la que se encuentran los 5 millones de afectados por esta enfermedad en nuestro país, sus necesidades y demandas, entre las que se encentran la suspensión de los «repagos» porque «son un impuesto a la enfermedad»

 

Madrid, 14 de noviembre de 2013 (medicosypacientes.com)

A lo largo de la entrevista alerta sobre las consecuencias de los recortes y aboga por defender, junto a los profesionales sanitarios, un sistema nacional de salud universal, público y de calidad así como reclama que las asociaciones de pacientes sean tenidas más en cuenta para hacer realidad el mensaje que lanzan las administraciones de que «el paciente es el centro del sistema».

¿Cuáles son las principales líneas de actuación que está llevando a cabo su federación?

Entre las principales líneas de actuación que estamos realizando quisiera resaltar dos principalmente:

– Una campaña contra la reutilización de agujas para evitar que más de 200 millones de agujas, al año, sean reutilizadas por personas con diabetes en España, siendo Cantabria, País Vasco y Cataluña, las CC AA que están a la cabeza de esta mala praxis.

– En segundo lugar, otra campaña de FEDE, llamada ¿QUIÉN SABE DÓNDE?, orientada a, mediante la concienciación e información, detectar a un número importante de los más de 2 millones de personas que padecen diabetes y no lo saben en nuestro país.

¿Cómo está afectando la actual situación de crisis a su federación? ¿Cuál es la mayor preocupación a día de hoy de sus asociados?

Un entorno como el actual siempre se ensaña con los más vulnerables, en nuestro caso, como organización de pacientes, no hemos visto reducida nuestra capacidad económica y de recursos, aunque para ello sí que hemos tenido que redoblar el esfuerzo en la localización de financiación para proyectos y actividades. En el capítulo de subvenciones públicas, por ejemplo, seguimos percibiendo la misma cantidad de siempre, es decir nada. En relación a las personas a las que representamos, a más de 5 millones de personas con diabetes, muchos de ellos polimedicados, la mayor preocupación que hemos detectado está  relacionada con los «re-co-pagos», por entender que se ha convertido, sencilla y llanamente, «en un impuesto a la enfermedad», que condiciona la vida de las personas, minando la escasa economía de muchos.

¿Se está retrocediendo en el campo de los derechos y la atención a los pacientes?

Rotundamente, sí. Las últimas medidas adoptadas por el Gobierno son una apuesta de carácter ideológico dirigido tanto a rebajar derechos como prestaciones, aun teniendo un coste más elevado. En muchos casos, y a la larga, muchas personas tendrán que elegir entre medicarse o comer, y eso se convertirá en una lacra para el propio sistema. Y es que, el no haber hecho antes un estudio de impacto, por la improvisación y el afán recaudatorio, conllevará consecuencias negativas tanto en materia de salud como económica.

¿Consideran que se está produciendo un cambio de modelo sanitario o entienden que las medidas que se están tomando son necesarias en el actual contexto económico?

En un contexto de crisis como el actual, es necesario tomar decisiones de calado y de largo plazo, en lugar de ir «parcheando» para salir del paso. Si realmente se quisiera dar una solución al problema de financiación que tiene nuestro Sistema Nacional de salud (SNS), primero, se debería buscar y conseguir un amplio consenso parlamentario, y después, escuchar a todos los actores, principalmente a las sociedades científicas y asociaciones de pacientes. Y mientras esto no se haga, entendemos que todas las reformas no serán más que un mero canto de sirena dirigido hacia un objetivo final: el aseguramiento privado y el fin del SNS tal como lo conocemos ahora.

¿Consideran que las Administraciones han contado con los profesionales médicos y las asociaciones de pacientes para la elaboración de las reformas? ¿Qué balance hacen de estas reformas?

Como decía en la pregunta anterior, aquí nadie cuenta con nadie. No se tienen en cuenta, ni la experiencia de los profesionales sanitarios, principal motor de esta pesada maquinaria, ni, mucho menos, la de los pacientes, a pesar de repetir en todo momento que «el paciente, es el centro del sistema». Por consiguiente, el balance no puede ser positivo, ya que lo único que ha cambiado es el precio que hay que pagar por los medicamentos y los servicios sociosanitarios, perdurando las duplicidades en pruebas diagnósticas, la desconexión entre niveles asistenciales, manteniendo formatos de medicamentos con unidades excesivas para un tratamiento agudo, y siguiendo adjudicando los puestos gerenciales y de responsabilidad a dedo, en lugar de por méritos. Todo ello, mientras se culpa a los usuarios como el único culpable del gasto sanitario.

¿Existe una postura común por parte de las asociaciones de pacientes?

Es difícil en este país tener una idea común y única, máxime cuando las diferentes patologías requieren unos tratamientos y unos cuidados muy distintos, pero creo que todos coincidimos en lo fundamental, en que queremos un SNS universal, público y de calidad.

¿Cree importante páginas web de información para pacientes con garantía de fiabilidad?

Naturalmente que sí, es una demanda cada día mayor en nuestra sociedad. Hay mucha información en la red, pero se echa de menos páginas con garantías contrastadas, así como una cierta cultura de búsqueda  y localización de páginas donde la información que se dé, sea fiable y rigurosa.

¿Cómo cree que influye el patrocinio de la industria farmacéutica a las asociaciones de pacientes?

El papel de la industria farmacéutica, en general, y por mi experiencia personal, es el de apoyo a las asociaciones, sin el cual muchas de nuestras actividades más significativas como la formación y la información al paciente se verían seriamente mermadas o imposibles de realizar. Dicho esto, tengo que aclarar que todos los acuerdos de colaboración siempre los hacemos desde la máxima transparencia y bajo el más exquisito respeto a la independencia de nuestra federación, así como a los pacientes a los que representamos. En este aspecto, nunca nadie ha tratado de buscar en nosotros otra cosa que no fuera el propio beneficio del paciente, en particular, o de la sociedad, en general.

¿Cree beneficioso la confederación de asociaciones de pacientes?

La unión de voluntades siempre es importante; cuantos más seamos y más fuertes estemos constituidos, será mejor para hacemos oír ante los poderes públicos. Aparte de aportarnos el conocimiento y sensibilidades de otras patologías, podemos poner en común tanto situaciones como soluciones que nos beneficien a todos.

¿Cuál es su opinión respecto a las movilizaciones y la postura de los profesionales sanitarios en este periodo de recortes y reformas?

Mi posicionamiento a este respecto es de total apoyo y agradecimiento a los profesionales sanitarios por esta gesta en defensa de la sanidad pública, la cual es uno de los mayores logros de la sociedad española y, por lo tanto, debe ser defendida y respetada por todos. En este sentido, es importante que los pacientes y la sociedad arrompemos y defendamos, codo con codo con los profesionales sanitarios, algo que nos es común y que compartimos.

¿Cuáles son las líneas rojas que no están dispuestas a traspasar y qué medidas las Administraciones deberían de reconsiderar?

En el tratamiento de la diabetes se requiere un control externo de los niveles de la glucosa en sangre por parte del paciente. Esto requiere, por tanto, el compromiso del propio paciente para realizar las modificaciones pertinentes, con objeto de tener un adecuado control de la glucemia. Pero para esto, hay que dotarle de las herramientas necesarias, de los conocimientos básicos e imprescindibles, y esto lo debe hacer administración sanitaria. Por ello, los poderes públicos deben tomarse en serio la implementación y fomento de la formación terapéutica, apostando por ella claramente y no considerándola como un gasto añadido, sino como una inversión en salud, que, al mismo tiempo, reducirá el gasto sanitario a medio y largo plazo. En este sentido, nunca dejaremos de tener, como principal reivindicación, la formación diabetológica.

¿Cuál es el principal mensaje que su federación quiere difundir?

En España, siguen cohabitando más de 2 millones de personas con diabetes sin diagnosticar. Es, por tanto, una labor de todos hacer llegar a la población en general cuáles son los síntomas que pueden hacer pensar que se pueda tener una diabetes oculta, y, aconsejando, ante la duda, consultar a su médico.

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